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Capítulo VI

-¿Estás bien Bruce?-. Preguntó preocupado, el azabache se limpió torpemente sus lágrimas.

-S-si!, solo me puse algo sensible-. Contestó bajo la mirada irónica del rubio.

-No te creo ni un poco, saliste corriendo de la nada y ahora estás aquí llorando, ¿alguien te hizo algo?

-Claro que no, salí corriendo porque recordé que tenía algo que hacer, y no estoy llorando, es porque tengo algo de gripe-. Siguió mintiendo, el ojiazul no quizo ejercer más presión sobre el menor, no quería herirlo.

-Bueno, te traje tu maleta, la olvidaste y supongo que es muy importante para ti.

-Claro que lo es, moriría si se me llega a perder, aquí tengo todos mis apuntes y tareas-. Susurró tomando suavemente el bolso que el rubio le extendía-. Muchas gracias Vance.

-No es nada, por cierto, ¿sigue en pie lo de la cita?-. Preguntó inconciente, mucho después se dió cuenta de lo que había dicho.

-Pues claro, pero no sé si quiera estar aquí.

-Oh, si quieres podemos salir en la noche, hay un pequeño restaurante por aquí y ponen buena música-. Sugirió algo sonrojado.

-Me parece excelente.

Primero veía llorar a Bruce, luego se confundía y mencionaba cita en lugar de salida, sin embargo, el pelinegro no había reprochado nada y eso era lo que le hacía sentir nervioso, pensaba que quizás estaba adoptando un comportamiento erróneo.

¿Acaso esa era una nueva forma de hacer amigos?
¿Quería que Bruce fuera solo su amigo?
¿Por qué es inexplicablemente lindo?

Bueno, debía dejar de pensar ese tipo de cosas y lo mejor por el momento sería pensar en la ropa que se pondría para ir a aquel "restaurante" por la noche , ahora el tema era que aquel lugar se plagaba de adolescentes que en lugar de comer solían bailar y disfrutar del bar que aquel sitio acogedor poseía. Realmente esperaba que a Bruce no le incomode.
Un nuevo pensamiento abarcó su mente cuando se dió cuenta que parecía una adolescente enamorada al no decidir cuál camisa usar para la noche, estaba entre una celeste de un tono muy bajo o una negra básica, al final se decidió por la celeste al notar que la negra tenía una pequeña mancha en la parte de la manga y él no planeaba para nada quedar como un impresentable frente al chico de ojos rasgados.

Espera, ¿Desde cuándo le importa a Vance quedar como un impresentable frente a la gente?, o será que sólo es porque aquel chico realmente era distinto al resto de zombies "pensantes" con los que convivía casi a diario.

Bueno, definitivamente reflexionará acerca de eso en la madrugada mientras escucha nuevamente "Fox on the run" por sus audífonos llenos de pegatinas.

-Vance, hijo, abre la puerta un segundo-. Se escuchó tras esta la dulzona voz de su madre, algo dentro de si mismo no le permitió reaccionar con rapidez.

-Ah, si, voy-. Respondió vagamente mientras se dirigía a la puerta y giraba el picaporte para permitirle la entrada a su desaliñada y rubia madre.

-¿Y esa camisita?, no me digas que irás a una cita, owww ¡el pequeño Van ya tiene noviecita!-. Sonrío de oreja a oreja la señora de pantalones de mezclilla, el ojiazul solo le dirigía una mirada seca y poco suavizada.

-¿A qué vienes?-. Soltó sin remordimiento-. No es por ser grosero pero estoy apresurado y no me gusta que me molestes con ese tipo de temas.

-Tranquilo hijo, solo venía a avisarte que la cena ya está lista y si gustas puedes bajar a comer, aunque creo que no vendrás, te la dejaré en la estufa-. El rubio asintió lentamente e hizo unas señas que invitaban a qué su progenitora abandonara su habitación.

La señora Hopper abandonó el cuarto sin problemas aunque con una mirada algo tristona, este tipo de cosas ya no solían atormentar al blondo pues lo había normalizado de cierta manera y terminaba por ignorar los cambios drásticos de humor que su madre tenía.

Dios, ya iban a dar las 8, tenía que buscar a Bruce.

...

Bruce estaba algo nervioso, no sabía si era muy exagerado llevar una camisa negra a aquel encuentro pero tampoco quería verse tan simplón, suponía que Vance iría como siempre y eso lo mortificaba más pues no quería evidenciar su interés hacia su presentación personal con alguien que recién está conociendo.
La hora temida se acercaba y tenía mucho miedo de la cara que iba a poner Vance, ¿Se burlaría de él?
No se lo imaginaba, Vance no podría burlarse de él, le había ayudado.

Se suponía que Vance pasaría a buscarle, le agradaba mucho la idea, Jordan siempre le hacía ir a los lugares solo, no es que eso le incomodara pero si había algo que detestaba era la impuntualidad, y ese chico solo jugaba con su tiempo. Podía citarlo a las 7 y esperar casi hasta las 8, siempre esperaba de más, al menos esperaba una mentira o una excusa razonable, pero no, solo recibía una risa hueca, siempre que pasaba eso algo dentro de él hacía "crash".

Sus pensamientos fueron irrumpidos por la voz de su madre.

-Bruce, baja, Vance ha venido a buscarte-. Dijo con una voz dulzona.

-Ya voy!

Bajó las escaleras rápido revisando sus bolsillos apresuradamente para verificar si traía absolutamente todo, no quería que faltara nada, todo debía salir muy bien.
Al llegar a la sala pudo observar como un rubio totalmente diferente se hallaba sentado en el sofá, normalmente Vance tiene el aspecto de un motociclista salido de una explosión, pero ahora mismo parecía un príncipe, esos de los cuentos que le solía leer a Eimy.
Se veía, lindo...




COWARD- BRANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora