Epílogo

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—¡Relájate!

—¡No uso traje desde la universidad, mamá!

Sí, Jeno solía ser el chico que se veía muy bien con el uniforme de la universidad; el cual constaba de shorts o pantalón, camisa, corbata y saco.

Pero colocarse un traje diferente le costaba, sobre todo por la razón de aquel.

Siempre se vestía bien, aunque en verdad nada le quedaba mal.

No estaba listo, o tal vez eran sólo los nervios.

Su madre terminó de hacer el nudo de la corbata y lo miró.

—Tú puedes, JEN.

—Eligeron un restaurante muy caro, esto me asusta. Y yo quería vacaciones tranquilas.

—Sólo conocerás a tus suegros— rió Erick desde la cama—. ¿Quieres que te diga cómo conocí a los padres de Brian? Oh, espera, ellos querían conocerme porque soy un crack de la psicología, lo olvidé.

—Mamá, dile algo.

—Ambos compórtense. Iré a revisar cuando llega tu padre, cariño— palmeó su hombro y salió del cuarto.

El rubio reía cuando Jeno se acomodaba una y otra vez frente al espejo.

Se levantó y se puso enfrente, apretando uno de sus hombros.

—Mientras más nervioso estés, será peor, créeme— caminó para tomar algo de perfume—. Tengo muchos consejos claves. Si preguntan sobre cómo fue todo, deja que Jaemin hable, si te preguntan sobre tu carrera, dilo sin miedo. Si te preguntan sobre sexo, cállate; si te preguntan sobre sí Jaemin sigue virgen, diles que tienes que ir a baño, y cuando vuelves, habla del clima.

—Oh, suena tan normal.

—No estoy siendo sarcástico, lo juro— suspiró y arreglaba el cabello de su primo—. Y por cierto, recuerda que tienes un primo famoso, puede servirte.

—Gracias, creo— tomó su teléfono—. Me tranquiliza que sus amigos vayan a estar, ¿Por qué no vas con Brian?

—Con él y los chicos tenemos una sorpresa que dar, no te preocupes por mí.

—¿Sorpresa?

—Sí, ya sabes, ¿Bajamos?

Asintió—. Vamos.

Sus padres aguardaban allí, mirando la elegancia del joven, y sonriéndole.

—Todo estará bien, hijo— agregó su padre con calidez.

—Yo lo llevaré, tío— dijo Erick—. Ustedes no se preocupen.

—De acuerdo, cuídense.

Avanzaron hasta el auto del rubio, y comenzaron la idea al restaurante.

—Entonces... ¿Nana tiene una familia adinerada?

—No lo sé, tal vez. Tampoco vive en una mansión y eso me asusta.

—Tranquilo, seguro que quieren hacerlo especial. Deben ser buena gente.

—También; hablé con Sungchan, y me dijo que eran un amor.

—Sungchan...— sonrió.

—¿Qué sucede con él?

—Nada... Sólo que antes le tenías mucho miedo y mira ahora.

—Lo sé, lo sé.

—Ya deja de temblar— bufó.

—¡No puedo! Estoy muy nervioso.

𝑹𝑶𝑶𝑴𝑴𝑨𝑻𝑬 𝑳𝑰𝑲𝑬 𝑯𝑰𝑴  (NOMIN) AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora