III

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El trabajo en la oficina se había suspendido por el gran torrente de lluvia que había azotado la ciudad,había estado tan distraído los últimos días que no miró el pronóstico del clima y he aquí las consecuencias

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El trabajo en la oficina se había suspendido por el gran torrente de lluvia que había azotado la ciudad,había estado tan distraído los últimos días que no miró el pronóstico del clima y he aquí las consecuencias.


Se encontraba solo en la entrada de la agencia que,por cierto,estaba cerrada con llave.
El pequeño tejado sobre su cabeza lo protegía un poco de la lluvia pero no era suficiente,se lamentó profundamente por no traer un paraguas antes de salir del pequeño techo y empezar a correr para llegar a su apartamento.

Correr debajo de la tormenta que pronto se convertiría en granizo era riesgoso pero no tenía de otra.
El albino dejo de correr cuando sintió que sus pulmones se quedaban sin aire,jadeo en busca del oxígeno que había perdido mientras una mano se apoyaba a la pared más cercana para estabilizarse mientras trataba de buscar una tienda abierta para descansar ahí hasta que se recuperará un poco y seguir pero todas las tiendas estaban cerradas para su muy mala suerte.

De repente un rayo cayó a centímetros de él,salto y gritó asustado mientras sus vellos se ponían de puntas.
Trataba de recuperar la compostura pero sus rodillas temblaban por el frío que empezaba a sentir y por el miedo,sus ojos picaban,amenazando con derramar agua salada de sus ojos pero las contuvo frotándose violentamente los brazos en los párpados.

Llorar no lo ayudaría en nada,así que tomando todas las fuerzas que le quedaban, empezo a caminar otra vez. La lluvia no paraba,es más,hasta se intensificaba,Sentía que ya no podía más,se desmayaría en cualquier momento,pensó al sentir el frío azotar contra él.
Cuando su cuerpo se desvaneció y estaba apunto de tocar el suelo,unos par de brazos lo atraparon antes de caer.
Sus ojos apenas abiertos saludaron en silencio a esa persona que conocía bastante bien,quien lo cargo y lo subió a un auto.

— Maldito Idiota — murmuró mientras miraba al hombre inconsciente con preocupación.

Dazai miraba la lluvia caer a través de su ventana con una expresión vacía y hueca,como si su cuerpo estuviera ahí pero su mente se encontraba en un lugar completamente distante

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Dazai miraba la lluvia caer a través de su ventana con una expresión vacía y hueca,como si su cuerpo estuviera ahí pero su mente se encontraba en un lugar completamente distante.

Su teléfono sonó haciéndole ver qué le estaba entrando una llamada,sin borrar su rostro estoico atendió la llamada.

— ¿Qué se le ofrece?—pregunto sin ver el número de la llamada.

𝑷𝒆𝒓𝒔𝒊𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝑨𝒕𝒂𝒓𝒅𝒆𝒄𝒆𝒓𝒆𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora