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La vi salir por la puerta a toda prisa.
Suspiré profundamente para así calmar mi frenética respiración. Nuevamente subí mi ropa interior y pantalón para luego quedarme en el sofá procesando la situación ocurrida segundos atrás.
Lo hizo. Sí lo hizo.
Pero...
Lo hizo tan bien... Que la mencionaba por su nombre y no por su apellido como lo he hecho estos dos días.
Lo hizo tan bien... Que mis sentidos se nublaron al grado de querer tocarla y hacer esta tarde nuestra.
No. Eso no puede ser. Ella es la niña por la cual mi vida se vio arruinada.
Pero... Esos ojos azules mirándome de esa forma... De una forma tan... Coqueta, dulce, apasionada... Fue conocer la verdadera lujuria en el azul zafiro de sus orbes.
— Kai — entró Nemoto y el cuestionario comenzó — ¿Por qué huele a sexo aquí?
— ¿Qué idioteces dices? ¿Qué quieres?
— Ah, sí. Saori-san salió corriendo de aquí alterada, ¿qué fue lo que le hiciste? Ya deja en paz a esa muchacha.
— Pues si tanto te preocupa, adopta a esa escuincla y quédate con ella — dije algo molesto.
— Pues no la voy a adoptar pero sí me quiero casar con ella — comentó con ese típico tono de voz seductor —. Imagina esto...
— No voy a imaginar nada. Tengo trabajo — interrumpí. Me levanté y me dirigí a la salida con la mente llena de idioteces.
Esa mirada, sus manos, sus labios, su respiración contra la mía... Todo mi interior es un caos que no sé a dónde me estoy dirigiendo. Salí de mis pensamientos en el momento que alguien chocó conmigo.
Fue ella.
Levantó la cabeza y al verme, se sonrojó completamente y se fue corriendo en dirección de la salida.
Pasó la puerta y se fue.
Suspiré profundo.
Placer. Lujuria. Satisfacción. Es lo que pasa en mi mente, lo que quiero experimentar con esa mocosa.
"Hay otra manera de hacerla llorar". Recordé el comentario que me dijo Nemoto. Suspiré profundo y me dirigí a la oficina de Chrono.
Después de contarle mi plan, de mala manera aceptó y me llevó a la casa en la camioneta.
— Estás a cinco minutos de arrepentirte.
— No — respondí. Resopló.
— Entonces espera aquí.
Dijo luego de estacionar el auto frente a una farmacia. Suspiré. Llevé mi mirada hacia fuera. Sólo se queda una hora en la casa y luego llega Chrono para estar con ella, con Eri. Pero ahora, eso va a cambiar. No pienso dar marcha atrás.
