¿Qué demonios fue lo que pasó? Anoche me cegué por el placer, me cegué por la lujuria y las sin fin de sensaciones que ese sujeto me provocaba con sólo mirarlo.
Miré a mi lado izquierdo, se encontraba dormido, dándome la espalda. Es mi momento de huir.
Lentamente fui sentándome en la cama pero el dolor en el cuerpo es insoportable. ¿Qué fue lo que hicimos anoche como para estar completamente adolorida?
Me atreví a dirigirme al baño sólo para encontrarme con las marcas que me dejó en la piel, los ojos hinchados de tanto llorar. Parecían ser marcas de mordida. Tendré que cubrirme dicha zona con alguna blusa de manga larga... Aún estando en el maldito calor de Verano.
Salí del baño. Seguía dormido. Tomé mi ropa y luego de ponermela, abrí la puerta de la habitación.
— ¿A dónde vas?
Pensé que estaba dormido. Me detuve en seco, mirando la pared de enfrente. No siento mi respiración, no siento mi cuerpo, parece como si su voz fuera la causante de que mis sentidos se nublen y no sienta, no escuche nada y sólo quiero tenerlo sobre mí haciéndome suya... Como anoche.
— Kai... Tengo que ir a mi casa...
— ¿Estás segura de llegar a casa, sola, con esas marcas en tu cuerpo, a altas horas de la noche? — preguntó y miré sobre mi hombro. Se encontraba sentado en la cama con las manos detrás de su cabeza dejando al aire libre su tonificado torso desnudo. ¿Con ese hombre me acosté anoche? Ahora que lo menciono... Eso me hace parecer una cualquiera. Me siento sucia. Estoy sucia. Fui tocada por sus manos... Por sus manos angelicales que estaban siendo cubiertas por un par de guantes de látex y me provocaban escalofríos cuando las pasaba por mi cuerpo.
— ¿Qué hora es?
— Las 2:40 hrs.
Es de madrugada. Mis papás aún no llegan del viaje de negocios, así que no tengo problema. Di un paso pero escuché un fuerte quejido.
— ¿A dónde vas? — volvió a preguntar.
— A mi casa — respondí.
— No, no te vas a ir a tu casa.
— Kai.
— No sola.
Hago 20 minutos de aquí a mi casa. Estaría llegando a eso de las 3 de la mañana. Se ve mal pero se vería peor llegar a la mañana cuando se encuentran fuera y me ven llegar a casa en esta condición.
— No puedo aceptarlo.
— Oye — nuevamente me volví a quedar quieta. Algo trama ese sujeto y me está poniendo nerviosa —. Ven aquí.
Miré sobre mi hombro otra vez y estaba dando palmadas a su muslo. Volví a mirar al frente, no puedo caer en esa tentación otra vez.
— Saori, ven aquí inmediatamente.
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Speechless |Kai Chisaki|
Fanfiction«Si me amas, entonces di que me amas, que eres mía». [Saga: Little Monster]