XVIII

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Gustavo;

Once de la mañana. Emma estaba con la espalda descubiesta boca abajo. Me puse los pantalones, abrí la ventana y prendí un cigarrillo, mis manos casi no podían moverse por el frio pero tampoco iba a inundar la casa de humo, tapé a Emma con la frazada para que ella no tuviera frío. A los minutos escucho como empiezan a golpear la puerta con mucha fuerza. Me levanté para ir a abrir, estaba Rafa con cara de extrema preocupación.

—¿Viste a Mili? No está en ninguna pieza, tampoco responde al celu.—El miró por arriba de mí hombro para ver si estaba conmigo.

—No. No la ví.

—Bueno, si la vez llamame porfa.

—Bueno.

Volví a la ventana para seguir en mi cigarro, pude pasar unos segundos, u horas ahí contemplando el paisaje. Emma despertó medio moribunda, no despierta, no dormida, estaba en el limbo.

—¿Gus. . .tavo?

—Hola nena.

—Me asusté.

—¿Por?

—Pensé que eras alguien más.

—¿Por?

—No sé, te ví borroso por un segundo. . .

—Oww, ¿Crees que te dejaría acostarte con otros chicos?

—Estando ebrio. . .

—Tampoco, me lo re cagó a piñas.

Emma rió, tenía una risa demasiado contagiosa, a los segundos yo también reía.

—¿Qué hora es Gus?

—No sé.

—Gracias por tu ayuda Gus. Son las doce. ¿Vamos a desayunar?

—Dale.

Bajamos y nos despedimos de los chicos para salir a comer. Fuimos a un café cerca de la casa, a los treinta minutos ya nos estábamos llendo de Ahí. Estábamos en el auto cuando Emma empieza a leer un mensaje en voz alta.

—Estas invitada a mi cumple, podes llevar un invitado si queres. Es en dos días, 12 de mayo.

—¿Y a quien vas a invitar vos?

—Al drogón de la esquina ¿sabés?

—Bueno, pasatela lindo.

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Narrador;

Pasaron los dos días y la pareja ya se estaba preparando para ir a la fiesta de Andrés, más Bien, Gustavo estaba esperando que Emma terminara de arreglarse. Cuando terminó se fueron rajando ya que tenían que ir a pata. Llegaron a las 11 y cuarto, para eso la gente ya estaba muy alborotada. El cumple se festejaba en un boliche bastante conocido. Buscaron a Andrés con la mirada para darle su regalo, pero al ver que estaba ocupado con un par de minas, lo dejaron encima de la mesa de regalos. Ellos fueron a bailar y beber. Ya estaban medio borrachos, y en un momento Emma tuvo que salir para poder hablar con su amigo Rafa sobre algo muy importante.

—Che Emma, no sabes lo que pasó con Mili.

—¿Qué pasó ahora? La mina siempre está metida en puros líos.

—Se fue ayer en la noche para irse a drogar con un pendejo de 18.

—La puta madre ¿y?

—Casi la atropellan, pero el pendejo no sobrevivió.

—Uh. . . ¿Qué no está acá?

—Sisi.

Los dos chicos quedaron charlando afuera de espaldas a la ventana, Gustavo los miraba desde lejos, intoxicado por los celos. Una mina se le acercó para poder hablar con el, el no le prestaba mucha atención y no se daba cuenta que la mina lo intentaba chamuyar, por lo que decidió ser caballeroso, con ella a pesar de no prestarle la mas mínima bola. Rafael volvió adentro y Emma quedó afuera aturdida por el ruido y el alcohol, se dio la vuelta para poder volver adentro del boliche, pero lo primero que captaron sus ojos fue la imagen de Gustavo charlando con una chica rubia esbelta y de ojos azules muy cómodamente, no sabía si lo que veía era real o sólo producto del alcohol, pero de todas maneras se le pusieron los pelos de punta. Se adrentó en la fiesta para buscar a Gustavo, pero se perdió entre toda la multitud de gente apretada. Había ya recibido un par de codazos cuando encontró a Gustavo charlando con esa chica y buscando alguna cosa con la mirada. Ella le tocó el hombro para que volteara a verla, el se dio la vuelta y se encontró con Emma con varios golpes que habían sido provocados por la multitud de gente.

—Ya son las dos de la mañana Gustavo, tenemos que irnos.

—Ay ¿Ya te vas? —Dijo la chica con voz de milipili. —Bueno, chau. —Le dio un beso en el cachete a Gustavo, algo que le hizo hervir la sangre a Emma. —Chau tonti. —Dijo la chica riéndose de Emma.

Ella agarró la mano de Gustavo con fuerza y lo llevó hasta afuera del boliche.

—¡Ey! ¿Por qué tan bruta?

—¡Ey! ¿Por qué tan galán?

—¿Y a vos que te importa? Andaté con el pelotudo del Rafael.

—¡El es sólo mi amigo! ¡En cambio vos nisiquiera la conoces!

—¡No seas pelotuda! ¡ví como lo mirabas!

—¡Si estaba de espaldas! ¡¿cómo mierda vas a saber?!

—¡Ni te hagas! Vas a cagar fuego si no me decís la verdad.

—¡Tu vieja va a cagar fuego!—Emma salió corriendo lo más rápido que pudo hasta la calle, en ese momento Gustavo logró conectar dos neuronas y ver el auto que se aproximaba a grandes velocidades.

—¡EMMA!

Emma no llegó a escucharlo y el auto impactó contra Ella, dejándola sangrando en el piso. . .

. . .Continuará. . .

Cristales De Amor Amarillo - Gustavo Cerati Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora