XIX

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Gustavo;

Vi como a Emma la atropellaba un auto, en ese momento me lamenté que lo último que le dije fue que la iba a hacer cagar fuego. Lagrimas brotaban de mis ojos cuando la ví tirada en el piso, arrasada por el vehículo. Lo primero que atiné a hacer fue agarrar su celular y llamar al 911.

-AYUDA, A MI NOVIA LA ATROPELLARON

-Okey señor, tranquilicese, ¿en qué calle están?

-Estamos en *********

-Ya mandamos una patrulla, dígame, ¿Alguna enfermedad que tenga su novia?

-No, no sé, no me ha contado nada de eso.

-Bueno, ¿Nombre?

-Emma García.

-Ok, estamos en camino, porfavor, mantengamos al tanto.

-Si. . .

Corté la llamada y tomé a Emma en brazos y la llevé a la vereda, estaba llorando encima de su pecho, así podía sentir sus latidos. . .

-Lo siento. . . Lo siento tanto amor. . . -El chico del auto solo se fue lo más rápido que pudo antes de que yo fuera a asesinarlo con mis propias manos, pero llegué a analizar bien al chico y la placa.

En un minuto la ambulancia ya había llegado, se llevaron a Emma en una camilla y a mí en otro vehículo.

-¿Cómo te llamás?

-G-Gustavo. . .

-Bien, Gustavo, por favor, ahora que llegamos a el hospital espere en la sala de espera, nosotros lo llamamos.

-Bie-Bien. . .

-Muchas gracias.

_________________________________________

Estaba en el pasillo de espera frente a la puerta en la que se encontraba Emma. Lo único que se oía en todo el pasillo era mi pierna que chocaba contra el piso por toda la ansiedad que me provocaba el accidente. La escena de Emma siendo atropellada después de la pelea que tuvimos se repetía constantemente en mi cabeza y al mismo tiempo una voz que se escuchaba de fondo-¡Sos un idiota!-, me taladraba la cabeza, me hacía sentir el peor ser del universo. Sentía que habían pasado ya más de tres días, pero sólo habían pasado un par de horas y cada segundo se hacía más lento. Se supone que ya estaba viniendo en padre de Emma ya que lo llamaron hace poco. Me sentía mal, cada que lograba dejar de llorar a los minutos esa sensación de culpa Volvía y Volvía y volvía haciéndome llorar peor que la última vez, estaba a punto de inundar el hospital ya. Eran ya las seis de la mañana cuando sale el doctor de la habitación.

-¿Familiares de Emma García?

-ACÁ, ACÁ YO. ¿Cómo está Emma?

-Ella está Bien, va a tener que estar una semana internada pero va a estar Bien, puede venir a visitarla todo lo que quiera.

Solté un suspiro hondo.-Muchas gracias doc. No sé como agradecérselo.

-Ella está despierta, podés pasar.

Fui caminando rápido hasta la camilla, Emma estaba conectada a un par de máquinas y un pulsometro, eso era lo único que podía oír, sus latidos. . . Emma entre abrió los ojos y me miró con tristeza.

-Gus. . . -Dijo con la voz gastada.

-Emma. . . -Un par de lagrimas mías cayeron encima de su pecho. -Lo siento, lo siento, lo siento tanto. . .-Dije sollozando sobre ella. -Soy una escoria.

-No digas eso amor. No fue tu culpa. . .

-Si, si lo fue, soy un tonto. No debí tratarte así, te maltraté, te hable ma- -Emma puso su dedo en mis labios para callarme.

-Shh. . . No te eches la culpa por todo. . . Yo tambien estuve mal.

-No, vos si tenías una razón para enojarte, yo sólo me enojé por verte charlar con un amigo tuyo. . .

-Ay, Gus, no te culpes tanto.

-Bueno, dejemos de pelear ¿si?

-Bien. Pero no te perdono todavía.

-¿No era que no era todo mi culpa?

-Si, pero insististe demasiado.

-¿Y si te traigo el desayuno mañana.

-Pero no creas que me vas a comprar así Gus.

-Chupala Emma. -Dije mientras me limpiaba las lágrimas.

-LLEGUÉ, ¡¿DONDE ESTÁ MI HIJA?!

-A-ah, acá está señor. -Dije separándose de ella.

-Ay, mi hija. . . ¿Qué pasó?

-Estaba muy distraída y bue. . .-Mintió, sólo para que yo no resultara mal.

-Cuidate más, mirá a los dos lados antes de cruzar.

-Si, si. -Emma puso los ojos en blanco y después me guñio un ojo.

_________________________________________

Ya faltaba un día pra que terminara esa larga semana que se me hacía infinita, planeaba que mañana sea un día estupendo para ella, el mejor de lo que lleva de su vida. Estaba preparando un día muy lindo, justo ese día había un pronóstico de lluvia y 14°, el día perfecto para Emma. Planeaba llevarla a pasear y después quedarnos a ver toda la saga de Spider-Man, a ella también le encanta esa saga. Fui al super a comprar una bolsa de pochoclos para las pelis, una caja de bubalus, un kilo de helado de chocolate, dulce de leche y crema oreo y cosas por el estilo, aparte le estaba por comprar un par de regalitos más.

-Hola ¿Corazón?-Dije en la llamada.

-Hola Gus.

-Amor, ¿Cuál es tu color favorito?

-¿Para?

-Que se yo. Sólo decime.

-El verde.

-Mmh. . . ¿Otro?

-El. . . Naranjita.

-Que lindo, gracias. Chau.

-¿Ya te vas?

-Si, mañana te veo Amor.

-Dale. Adiós.

Corté la llamada y fui a buscar el último regalo de disculpas. A Emma le encantan los gatos, pero ni en pedo le regaló un gato, probablemente me trataría de arrancar las alas a base de arañazos, aparte acapararia toda la atención de Emma, y yo no comparto mi comida. Lo que iba a hacer es comprarle unas flores con el peluche de un gato, para eso el color, naranja será.

Esa noche casi no pude dormir nada por toda la ansiedad, aparte de que el frío de la noche me consumía, y no tenía a mi "fuente de calor" cerca, y si la tuviera de todas maneras estaría demasiado cansada por estar tanto tiempo en una camilla como para ayudarme, así que tendría que entretenerme yo solo con mis manos, después de todo, nadie podría molestarme en la casa de la madre de Emma (Era re sucio AJAJKAJAJA).




Cristales De Amor Amarillo - Gustavo Cerati Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora