Mi experiencia en un entierro

13 7 6
                                    

Hoy por primera vez en toda mi vida he asistido a un funeral, que triste y mísera es la vida, que cruel e injusta es

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy por primera vez en toda mi vida he asistido a un funeral, que triste y mísera es la vida, que cruel e injusta es.

Al llegar al lugar del velatorio me invade una tristeza más por el que vive que por el que muere. Estaba no tan lleno de gente, algunos conocidos y pocos familiares. Algunos conversando sobre la asquerosa política y otros, otros simplemente hablando en voz baja y a espalda del dolido sobre lo que pasaría de ahora en adelante. Unod pocos dando un pésame que no sienten y otros llorando lágrimas de hipocresía.
Que dura y cruel es la vida para quien se queda!!! Porque quién muere no sabe que está muerto. Pero quién vive sabe que todo no será igual.

Me quedé callada en toda la espera mientras llegaba el carro fúnebre, ese carro triste y gris sin colores ni carteles, sucio y mal oliente. Ése carro cargador de muerte, testigo de huérfanos y borrador de esperanza. Y pensar que así terminaremos todos, dormido en un sueño sin soñar, en una parálisis sin conciencia, en un estúpido cajón sin espacio y vacío de sentimientos.
Me preguntaba mientras el carro avanzaba hacia ese lugar llamado cementerio ¿Hacia dónde vamos después de la muerte? Creo que es la misma duda que tenemos todos los vivos ¿Qué pasa después de que cerramos los ojos y somos ciegos, sordos, mudos y sin sentimientos? O al menos eso creemos...

Al arribar al aquel lugar tan silencioso pude observar a los costados del carro de la muerte pequeñas y medianas tumbas, otras tan pequeñas que me podía imaginar el cuerpo de dicha criatura, unas muy grandes dónde caben familias enteras, algunas con retratos y otras...Oh!!! otras muy vacías sin siquiera una cruz o una flor, con a penas un nombre deterioradas por el tiempo, con escombros y hojas secas. Y pensar... que así terminaremos TODOS en algún tiempo no previsto. Algunas otras estaban muy conservadas con adornos, vasos, dedicatorias, etc... En fin, con personas vivas que aún recuerdan al fallecido. Pero... ¿Que pasará en unos años más? No creo que lo sigan recordando, solo sé que le harán compañía. Porque somos un ciclo el cual no para, hoy mueres, mañana te recuerdan, después de mañana también, pero después, después te acompañaran y tú pasarás a un saco al lado de ellos, en pedazos, sin espacio a un rincón porque ya te olvidaron y los hijos de los hijos de tus hijos ni siquiera mencionarán tu nombre.

Dicen que un bebé llora al nacer porque ese bebé es una persona que murió y nace recordando su vida pasada la cual poco a poco va olvidandola y adaptándose a la nueva. Pero son solo suposiciones, nadie sabe que pasa después de la muerte.

Nos bajamos del carro triste y accedieron a trasladar el ataúd vacío y silencioso. Caminamos unos metros hasta el lugar donde se suponía se enterraría. Me asomé con discreción y se veía oscuro, viejo y feo aquel agujero rectangular con cemento alrededor, sacaron unos sacos con huesos viejos y olvidados y lo colocaron en algún rincón. Todos lloraban y yo solo miraba, miraba a la muerte y a la vida y ninguna de las dos podía ya abrazarse, ninguna podía hablarse, ninguna ya podía mirarse a los ojos y decirse Te Amo. La muerte ya descansaba, y la vida continuaba.

Melissa Vidal castro

Cuentos Bajo La Manga (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora