3

828 110 37
                                    

3.

– Bueno, Ché, todo está en orden – dijo el doctor con una sonrisa amigable – Espero no verte pronto por aquí, quizá lo que sucedió fue solo un... trauma del susto que tuviste hace unas semanas, no te preocupes tanto.

Asentí, más aliviado... anoche no había dormido nada porque tuve un pequeño ataque de tos y luego, la respiración se me fue un poco incluso con el oxigeno, Porsche me trajo al hospital en la madrugada y después de varios chequeos médicos dijeron que solo eran las secuelas del trauma que sufrí hace dos semanas.

– Es un alivio – dijo Porsche, abrazándome

– Él es el exagerado – lo señalé, todavía entre sus brazos.

El docto sonrió y negó con la cabeza. Después de que me dieran de alta, Porsche me invitó a almorzar, fuimos a un restaurante cerca al hospital, yo me pedí una ensalada porqué no podía comer carnes por ahora y Porsche un ramen de cerdo. Por cierto, lo envidié.

– ¿Crees que ya tengamos que cambiar el tanque? – preguntó Porsche

Me encogí de hombros jugando con mi insípida ensalada cesar.

– No creo, todavía queda una semana más – dije – Por cierto, ¿como te ha ido en ese trabajo tuyo? Ya casi no te veo, Yok también se preocupa por ti.

– Lo sé y lo siento, debería estar más pendiente de tí pero sabes que necesitamos el dinero – musitó – No quiero perder la casa, y tus medicamentos no los cubre el seguro médico.

Bajé los hombros – He pensando en trabajar, Porsche

– No – Porsché detuvo su cuchara – Me esfuerzo para que no tengas que hacerlo tú.

– Pero es injusto que sufras solo, hia – protesté

Porsche me miró, impaciente – Ché – me llamó – Ya hemos hablado de esto muchas veces. Dedícate a estudiar, a hacer amigos y quizá a conseguirte una bonita novia o novio, lo que sea.

Porsche no era prejuicios, él siempre recalcaba que el amor se podía demostrar de diferentes maneras y no tenía género, edad o clase social, así que siempre he tenido la libertad de hablar sobre mi sexualidad abiertamente, no era gay pero tampoco hetero, quizá era un poco de los dos, tal tirando más para el lado gay, bueno... lo sabría de haber estado con alguien, pero sigo siendo virgen y honestamente, no quería seguir siéndolo.

¿Qué tal si me muero mañana? No quiero llegar virgen al cielo, sería patético.

– Si tú lo dices – me rendí – ¿Y de que trata el trabajo?

– Soy el guardaespaldas de un tipo con mucho dinero – contestó – No puedo hablarte mucho de esto porque he firmado un acuerdo de confidencialidad.

Lo miré, inseguro – ¿Y... si es seguro? El trabajo, quiero decir.

– Si –

Y decidí creerle, solo porqué sé que él no me mentiría. Cuando regresamos a casa, Porsche alistó todo para volver a irse en la noche, lo abracé y le prometí que me cuidaría, que no se preocupara, luego de eso, él se marchó en auto lujoso que pasó por él, me recordó el Tesla de Kim. Y hablando de Kim, hace días no se nada de él, de hecho, desde que cenamos ramen... he visto que ha estado verdaderamente ocupado en eventos, lo sé porque sigo su club de fans desde una cuenta anónima y también veo sus redes sociales.

¿Qué? El tipo me gusta, es estúpido fingir que no es interesante y guapo. A cualquiera le gustaría, sobre todo si tiene mi edad, es inexperto y té estas muriendo. Mientras navegaba por Instagram se detuvo en un anuncio de publicidad de una película, ¡oh Dios mío! ¡Por fin salió! Tenía que ir a verla... y repasó su lista de contactos, no quería ir solo... entonces, okey... no tenía tantos amigos, llamó a dos y esos dos estaban ocupados, así que...

I breathe for you. - KIMCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora