13

886 106 26
                                    

13

Entré al despacho de Kinn, tenía una reunión de media hora y luego unas fotos para una revista (cortesía de Khun) odiaba que me pusiera responsabilidades que no son mías, ni siquiera autorizadas por mi, pero...últimamente, solía ser bastante dócil con ellos, me refiero a Kinn también. A veces me pongo a pensar, y definitivamente, creo que salir con Ché me había cambiado un poco, ahora hablo más con mis hermanos y quizá soy un poco más familiar, es que Ché era un ángel, podía cambiar al diablo si se lo proponía.

– Adelante – escuché a Kinn decir – Dame un segundo, Kim, enseguida te atiendo.

Asentí mientras iba a su vitrina de licores para servirme uno. Lo hice con paciencia antes de volver hacia él y ocupar uno de sus cómodos asientos en frente del escritorio, vi que escribió algo en su computadora y luego, lo envió con una sonrisa satisfecha.

– ¿Y bien? ¿Cómo terminó la reunión? – pregunté

Kinn me miró – ¿No hablaste con pho? Estuvo pregunto mucho por ti cuando te fuiste con Porsché... por cierto, ¿dónde has estado metido estos últimos tres días?

– Con Ché – respondí – Hemos ido a citas, ya sabes.

Kinn enmarcó una ceja pero vi una sonrisa bailar en sus labios.

– Te gusta mucho ese chico ¿verdad?

Encogí un hombro – Te aseguro que es mucho más que solo "gustar". Pero dime, ¿en qué terminó todo eso? –

Kinn suspiró, descansó su espalda en el respaldo de la silla.

– Lo cierto es que mejor de lo que esperábamos. Los Shang aceptaron las inversiones en Pekin, así que empezaremos la próxima semana. Iré de viaje, así que tu te encargarás de todo aquí.

Alcé las cejas – Pensé que pho había dicho que yo tenía que hacer hasta el último movimiento en este negocio.

– Lo sé, pero le dije que yo me encargaría, sé lo mucho que detestas a Bao Shang – me dijo, y me sorprendí, no esperé que Kinn hiciera algo así solo porque Bao no me agradaba.

– Gracias – dije, todavía asombrado

Kinn movió la mano desviando a su bolígrafo – ¿Ché te contó que se vio con Bao el día del coctel?

Sentí un frío recorrer mi espalda – ¿Que mierda dices, Kinn?

Kinn parpadeó.

– Entonces, no te dijo nada...

Ahora entendía, esa noche Porsche quiso decirme algo pero no recordaba el nombre de la persona que Ché había visto, así que era ese maldito desgraciado.

– ¿Kim?

– Esa noche, Ché se puso mal – recordé – En mi apartamento me dijo todo tipo de cosas, no sabía de donde las había sacado, él no solía comportarse así...

– ¿Qué cosas decía?

Negué – Cosas – repliqué – Ahora entiendo de donde salieron.

– ¿Bao le dijo cosas malas a Ché?

– Mataré a ese imbécil – gruñí poniéndome de Kim

– ¡Espera, Kim! – Kinn también se levantó – Bao y su padre regresaron a China anoche. Creo que, sea lo que sea que le haya dicho a Ché, ya es parte del pasado.

Inhalé – No quiero que él se sienta mal por mis descuidos

– No fue tu culpa, estabas ocupado. En todo caso, sería culpa mía, tú dijiste que le pusiera cuidado – vi que sus ojos opacarse – Lo lamento.

I breathe for you. - KIMCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora