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Los dos gatos se despidieron y Freckle abandonó el lackadaisy, Rocky miro la sala, lanzando un suspiro -Comenzaré por las armas, ¿Todavía funcionarán? -se cuestionaba el gato gris mirando las armas tiradas en el suelo.
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Se podía ver a los de la banda junto a Zib, estaban terminando de reconectar la electricidad tal y como se los había pedido Mitzi -Acabamos -anunció Zib levantándose del suelo -¿Deberíamos ir a ayudar? -preguntó Ben, a lo que Sy negó con la cabeza -Se dejó de escuchar ruido incluso antes de que Rocky fuera, además, la señorita M. dijo que nos quedáramos aquí, solo nos resta esperar -hizo recordar a su compañero.
-Alguno sabe que pasó con el invitado de Rocky -preguntó JJ algo preocupado -La verdad no.. solo espero que no le haya pasado nada.
Pasaron unos minutos en los que los integrantes de la banda esperaron mientras platicaban cerca de una puerta de donde poco después salió Viktor -Ya até al que quedó vivo -mencionó este mismo, a lo que Zib lo cuestionó -¿Para qué lo quieres?
-Planeo interrogarlo, sería bueno saber para quién trabajaban -contestó el grande felino, luego de un rato, Mitzi llegó, después de que los demás preguntarán por la situación, la elegante felina anuncio que tendían que cancelar la fiesta que estaba programada por el incidente ocurrido, indicando que ahora necesitaban limpiar lo que hizo Rocky en el salón principal.
-Viktor, ¿Puedes encargarte de esto? -pidió Mitzi, refiriéndose a los primeros 4 de los que Rocky se había echo cargo, afirmando este con la cabeza -Gracias cariño, los demás, ayudarán a Rocky con la sala.
Al llegar, los de la banda se quedaron boquiabiertos al presenciar el desastre, también viendo por ahí a Rocky, cargando las armas y amontonandolas en una esquina -Realmente me alegro de que Rocky no sea nuestro enemigo -mencionó JJ con una media sonrisa en la cara, llendo todos a ayudar, Mitzi miraba un poco a lo lejos con una sonrisa relajada en su rostro.
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Freckle se encontraba de camino a la casa del felino gris, mientras caminaba podía sentir un dolor que le entumia la espalda, prefiriendo no prestarle mucha atención, queriendo solo llegar a la casa y poder revisarse adecuadamente.
Después de aguantar el dolor durante varias calles por fin logro llegar a la casa, al usar la llave y entrar se sentó en el sillón de la sala, lanzando un suspiro de alivio, cuidadosamente se quitó la camisa y se levantó, con ayuda de un espejo logro ver qué una de las heridas que Rocky le había cosido en la espalda se había abierto de nuevo por la pelea, como pudo, se vendo el torso evitando así perder más sangre.
Ya había arreglado el problema de su herida, sin embargo al ver la casa notó que realmente no estaba muy bien organizada -"Rocky me apoyó cuando lo necesitaba, creo que es justo pagarle al menos cuidando su casa" -pensó el gato atigrado, convencido de ayudar a limpiar la casa, poniéndose manos a la obra.
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Después de 3 horas por fin el grupo de lackadaisy pudo limpiar todo el desastre que había quedado después del altercado con el grupo de criminales -Vaya, realmente eso fue cansado -expresó Mozzie estirándose para relajar su adolorida espalda.
-Por lo menos conseguimos más armamento, después de todo la idea de Rocky de revisar si las armas todavía servían nos ayudó -dijo Zib mientras se sentaba en una silla, aunque lo intentaba ocultar, el felino gris se sentía orgulloso de si mismo por el reconocimiento que recibió su buena idea.
-Rocky, lo había olvidado por todo lo que pasó, pero, ¿Qué no habías traído a un invitado? ¿Qué pasó con el, está bien? -preguntó Zib, curioso a la par que preocupado por el invitado del gato gris -Oh, bueno, afortunadamente pudo escuchar a los intrusos llegar y antes de que lo vieran escapó, así que tendrán que conocerlo en otra ocasión -respondió el gato gris con una sonrisa un poco nerviosa.
-Rocky, cariño quisiera hablar contigo un momento -pidió Mitzi caminando afuera de la sala, siendo seguida por el felino gris -¿Sucede algo señorita M.?
-Mira, Viktor atrapó a uno de los intrusos que quedó vivo en la sala próxima a la de la electricidad, mencionó que planeaba interrogarlo con el fin de saber para quién trabajaban, ve con el y averigua si ha logrado descubrir algo -ordenó la elegante felina.
Rocky aceptó y comenzó a caminar a la sala que le indicó Mitzi, al llegar tocó la puerta, a lo que luego de unos instantes Viktor abrió la puerta, mientras se limpia las manos que estaban llenas de sangre con un trapo preguntó algo molesto -¿Qué quieres?
-La señorita M. Me pidió que viniera a ver si lograste descubrir algo del intruso que capturaste, ¿Te dijo algo? -preguntó el gato gris asomando su mirada adentro de la habitación -Bueno, realmente resultó se bastante obstinado, no ha hablado en lo absoluto.
-¿Encerio? ¿Ni contigo ahí habló? Mmm... -Rocky se rascaba la cabeza algo dudoso -¿Puedo verlo?
-Adelante -dijo el gran felino dejando pasar al gato gris, al entrar, este vio al cautivo amarrado en una silla, su cara y ropa estaban bastante manchadas de sangre, su cuerpo tembloroso daba a notar el infernal dolor que había soportado hasta el momento -Y-Ya mátame... -un susurro casi agonizante salió de los labios del gato amarrado
-¿Por qué no hablas, a qué le tienes tanto miedo como para preferir soportar esto? -preguntó Rocky al gato mientras se acercaba -N-No tienes n-ni idea de que tipo de persona es el -respondió el gato, tosiendo algo de sangre luego de eso -¿De quién hablas? ¿De tu jefe?.
-Prefiero morir antes que hacerlo enojar, así que adelante, matenme, porque no diré nada.
Las palabras del gato aunque débiles, eran sinceras, no importaba lo que le hicieran, no hablaría, para quién sea que trabajará, parece que era preferible morir antes que delatarlo.
-Ya no hay nada que hacer, lo siento Viktor, pero está claro que no dirá nada -mencionó Rocky, a lo que el gran felino solo lanzó un suspiro, bastante decepcionado -Tienes razón, esto fue una perdida de tiempo.
Agarrando un hacha, Viktor levantó la misma por encima de su cabeza, dispuesto a terminar con la vida de aquel gato, el felino gris ya se estaba retirando, sin embargo, un susurro del gato amarrado lo detuvo en seco.
-Lo siento hijo mío, no podré volver a casa contigo...
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