SEIS

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Dmitry

-¡Señor Polar!- chilla Lina mientras sale corriendo hacia Timo.

Le quita el oso de las manos a mi hombre, abraza al peluche como si lo amara más que a nada en este mundo.

-Gracias, Timo, ya puedes retirarte.

-Sí, señor.

Observo a Lina darle besos en la cabeza a su oso.

-Nunca volveré a dejarte- le dice.

Sonrío como un imbécil mientras la veo hablar con su oso de peluche. No sé qué me está haciendo esta niña, pero siento que no puedo dejar de mirarla y estar lejos de ella. Me quema el alma verla llorar. Más tarde voy a hablar con mi primo para que se encargue de mi trabajo durante una semana, quiero estar con Lina y ayudarla en todo lo que necesite. También quiero llamar a algunos profesores de mis hijos y hacerles una oferta para que vengan a casa a enseñar a Lina. La veo acercarse a mí, pega su cuerpo el mío en un abrazo. Es tan pequeña.

-Gracias por devolverme al señor Polar- dice.

-De nada, cariño. Ahora vamos a comer.

La tomo de la mano. Justo cuando nos damos la vuelta, nos topamos con Karenina.

-¿Vas a comer?- me pregunta.

-Sí, vamos a comer.

-Bien, cuando acabes, avísame para poder bajar a los niños y que coman.

Lina extiende su mano.

-Soy Lina Tavarova- dice sonriendo.

Karenina mira su mano y después a ella. Luego me mira a mí.

-¿Cuánto tiempo va a quedarse aquí?- me pregunta ignorando a Lina.

-Karenina, se está presentando.

Mi ex esposa se cruza de brazos.

-Lina ve al comedor, es por allí- le digo señalando en dirección al comedor.

Agacha la cabeza.

-Está bien- dice en un hilo de voz.

Pasa por delante de Karenina, se detiene un momento.

-Soy buena, quiero ser tu más mejor amiga- le dice.

Karenina empieza a reírse.

-¿Por qué habla así? ¿Tiene algún retraso o es estúpida?- pregunta.

Lina se gira con rapidez hacia a mí, aprieto los puños. No puedo creer que haya dicho algo así.

-Lina...

Las lágrimas caen por sus mejillas, sale corriendo hacia las escaleras.

-¡¿En qué coño estabas pensando?!- le grito a Karenina- ¿Tienes idea del infierno que ha pasado Lina? Fue vendida con ocho putos años, no fue a la escuela y tampoco al instituto y estoy seguro de que antes de que fuera vendida sus padres tampoco la llevaron a la escuela.

-No me hables así, soy la madre de tus hijos. Y me importa una mierda la vida de esa estúpida.

Agarro a Karenina por los brazos con toda la fuerza que tengo.

-Jamás vuelvas a hablarle así a Lina. Desde hoy vas a respetarla y dejarás que mis hijos se acerquen a ella.

-Me estás haciendo daño- se queja, aprieto más- No voy a dejar que esa mujer se acerque a nuestros hijos.

-Son mis hijos, se acercarán a ella si yo quiero que lo hagan.

-No, no lo harán y quiero que esa mujer se vaya de mi casa.

BRATVA #6 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora