VEINTIOCHO

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Dmitry

-¿Embarazada?

Lina asiente con lágrimas en los ojos. Atraigo el cuerpo de mi mujer a mis brazos, me acaba de dar el mejor de los regalos, otro hijo. Llevamos un año intentando tener otro bebé, pensamos que no volvería a quedarse embarazada.

-Moya lyubov'- susurro en el hueco de su cuello- Te amo.

-Y yo a ti.

-Creo que esta noticia va a venirle bien a Yelena, ha estado muy triste estas semanas por la boda con Massimo.

-Se lo diremos esta noche a todos. Calina y Mijaíl se pondrán tan felices.

Mi hijo y mi nuera se mudaron a nuestra casa después de la muerte de Alexander, murió un mes después del nacimiento de mi nieto Aleksei. Mi nieto está a punto de cumplir un año. En un par de semanas iremos a Italia para celebrar la boda de Yelena y Massimo, sólo espero que todo vaya bien entre ellos. Lo poco que he conocido de ese muchacho me ha gustado, Yelena no deja de repetir que es el asesino de Milena, pero hay algo que no encaja en todo esto. Massimo no parece ser el tipo de persona que asesina a gente inocente y mucho menos a un niño.

-¿Sabes que Génesis está embarazada de nuevo?- mi esposa me saca de mis pensamientos.

-Ese Diavolo sabe hacer las cosas bien, su hija apenas tiene ocho meses, ¿no?

Mi esposa asiente.

-Van a llevarse poco tiempo- dice sonriendo.

-Alek y la niña...

Mi esposa pone los ojos en blanco.

-Gabriella- dice riéndose.

Mi pecho vibra por la risa.

-Eso es, Gabriella, sí... Bueno, parecen llevarse bien. Cuando estuvimos allí no dejaban de jugar y balbucear.

-Son bebés, moy lyubov'. No hay rencor ni maldad en sus corazones.

-Espero que siempre se lleven así. Quién sabe, quizás hasta lleguen a casarse algún día.

-No podrían.

-¿Y eso por qué?

-Alessio ha nombrado a su hija heredera, será la jefa cuando crezca, igual que Alek.

Me froto la mandíbula con la mano.

-Sí, eso podría ser un problema. Quizás si hago algo para que uno de los dos renuncie a su cargo...

Mi mujer me tapa la boca con la mano.

-Deja de jugar con la vida de los demás- me regaña- Si, llegado el momento, ambos están enamorados el uno del otro y desean renunciar a su cargo, lo harán. No vas a entrometerte en esto, viejo chismoso.

Le doy un beso en la palma de la mano. Mi esposa niega con la cabeza mientras baja la mano hasta su vientre.

-Lina, hay algo que debo decirte.

-¿Y ahora qué se te ha ocurrido?

La tomo por la cintura para sentarla bien frente a mí en la cama.

-¿Qué ocurre?- pregunta.

-Hay algo que sólo mis padres y yo conocíamos, ni siquiera Karenina lo sabía.

Mi esposa frunce el ceño.

-Tuve una hermana pequeña, hace muchos años. Ella... Se suicidó cuando tenía dieciocho años.

Le cuento a mi esposa toda la historia de mi hermana Ivanka. El por qué nunca llegamos a decir nada y todos piensan que Ivanka simplemente está en otro país. Mis padres consideraron que eso era mejor que decir la verdad, respeté su decisión, aunque no estaba de acuerdo. Mi hermana merecía tener justicia, no que mi madre se avergonzara de lo ocurrido. Ivanka nunca tuvo la culpa de lo que pasó. Y mi padre le hizo pagar duramente al hombre que la llevó al suicidio.

BRATVA #6 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora