VEINTITRÉS

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Dmitry

-No- susurra Lina riéndose.

-¿Cómo que no? Tu cuerpo me pertenece- le digo.

Sigo haciéndole cosquillas.

-Yelena va a oírnos.

-Lina, tiene diecisiete años y toma anticonceptivos porque se acuesta con Nic. ¿Crees que vamos a asustarla porque escuche a sus padres follando?

Lina me golpea en la cara con su mano.

-Eso te va a costar caro, esposa- le digo.

Ella se ríe, le muerdo el cuello suavemente.

-Dmitry, no- dice.

La penetro de una embestida.

-Ahora sí soy feliz, joder.

-Estúpido- me insulta.

La follo rápido.

-¿Vas a decirme que no te gusta esto? ¿Tu viejo y pervertido esposo follando tu joven coño?

-Viejo gilipollas- gime.

Rodeo sus caderas con mi brazo y me agarro al cabecero de la cama para hacer palanca.

-Joder- gime.

-¿Te gusta así?

-Sí, no te detengas.

-Nunca, malenk'aya.

Maldita sea, cada año que paso al lado de mi esposa la amo y la deseo más. Lina se corre por toda mi polla, su coño me aprieta.

-Lina, me voy a correr, moya lyubov'.

-Sácala, rápido. ¡Ni se te ocurra Dmitry!

-Joder, joder- gruño.

Saco mi polla de su interior, los pliegues de su coño se manchan con mi semen.

-¿Dmitry qué has hecho?- pregunta asustada.

Se mete los dedos dentro de su vagina.

-¡Te has corrido dentro!- me grita.

-Lo siento, no podía aguantar más, no lo he hecho a propósito.

Lina se levanta de la cama enfadada, da un portazo encerrándose en el baño. Me froto la cara con la mano. Mierda, la he cagado.

-¡Te odio!- me grita Lina desde el baño.

-¡Lina no ha sido a propósito!- grito.

Abre la puerta del baño, se asoma por el umbral apuntándome con el dedo índice.

-Te dije que compraras los malditos condones- me dice.

-He estado hasta arriba de trabajo, no he podido.

Se lanza hacia a mí.

-Lo has hecho a propósito- me dice- Querías dejarme embarazada.

-Nunca iría en contra de tus deseos, Lina, me conoces bien.

Las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas, la aprieto contra mi cuerpo. Hace unos años sufrió un aborto en un estado avanzado del embarazo, nunca se lo dijimos a nadie y nunca lo haremos, sufrimos la pérdida de nuestro hijo en silencio. Mijaíl y Yelena ya habían perdido suficiente. Lina decidió no volver a quedarse embarazada, ya había perdido a muchos bebés, no podría resistir perder uno más.

-Puedo ir a la farmacia a por la pastilla.

-No, me sienta mal- solloza- No quiero enfermar, Yelena me necesita.

BRATVA #6 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora