Uno

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Esa noche se tomó el gusto de salir de joda con sus amigos, hace bastante que no se tomaba un tiempo para si mismo disfrutando de su plena juventud, por lo que la fiesta que organizaron los pibes en casa de Conter le vino bien.

La pasaron bien, charlaron hasta el cansancio, bromas por aquí y allá, además del infaltable alcohol con una picada digna de una foto.

Alrededor de las cuatro tomó la decisión de irse ya que la mayoría cayó en el sueño post alcohol y múltiples festejos; Amilcar estaba tirado en el sillón con Conter y Cris de cada lado, mientras que Piru seguía dandole vueltas a Gian con boludeces producidas por la sobredosis en sangre haciéndolo alucinar. Sin embargo, su hermano Shadoune, cuidaba de un somnoliento ozesno que le pedía más tragos, a lo que él se negaba rotundamente con tal de parecer su enfermero.

─¿Está bien si te dejo acá, o preferis que los lleve? ─La pregunta se dirigió al único consciente: Shadoune, quien tenía a Spreen en brazos para que se quedase quieto en su delirio.

Con una sonrisa tranquial negó -No, no. Creo que nos quedamos por hoy, vete tranquilo.

A su confirmativa, Farfadox salió sin decir nada más, por más que haya tomado el alcohol que trajo Amilcar, al igual que el otro ente, no les afecto en absoluto, el problema del manejo estaba bajo control.

Para su suerte las calles estaban relativamente desiertas y la lluvia le daba una escena de película de terror barata que no le llamaba, pero más allá de eso iba tranquilo por el nulo tránsito.

Por su teléfono miró que eran las 4:16 y mañana u hoy, debía volver para llevarse a su hermano a su departamento, pero ahora su objetivo era volver a su hogar y dormir como un bebé gracias a la esplendida lluvia que bendecida la noche.

Lo bueno de todo es la zona que le tocó, menos transición indicaba que no debía estar con las alarmas a punto de sonar, por lo que era un simple viaje en auto sin problemas.

No mucho tiempo después, a unos metros de distancia pudo divisar algo en medio de la calle, podría decir que era un vagabundo o un borracho pero era extraño que estuviera extendido en el suelo de esa forma. Frenó el auto a una distancia prudente con tal de dar marcha atrás, pero al divisar bien la situación de la persona allí afuera salió de golpe con un portazo que lo sorprendió a sí mismo.

─¿Qué carajos? ─Fue lo primero que salió de su boca, luego vio la sangre y por último, lo que tal vez más lo dejo en shock, fueron las- la gran ala que se extendía debajo del hombre o criatura o cosa o lo que sea eso. Empapada y magullada.

¿Debía llamar a la ambulancia? ¿Le creerían esto? Tal vez estaba soñando en el auto, el cansancio hace alucinaciones raras aveces y tal vez sí le pego el alcohol.

La cosa apenas se movió un poco y eso lo sorprendió. Su sentido común tal vez falló pero él decidió acercarse cuatelosamente y con su mano haciendo puños a sus costados, no era malo en el combate cuerpo a cuerpo después de todo.

Miró a los alrededores en busca de que sea una broma, pero solo el ruido de la lluvia lo llamó. Rodeó el cuerpo hasta encontrar la forma correcta de la cara de... eso. Y se sorprendió demasiado al ver que parecía un hombre normal. Se agachó a la altura del pecho y diviso la gran herida abierta que derramaba sangre. Dudo si ayudar a este ser era razonable pero había visto suficientes seres extraños en su vida y actuó en base a lo que debía y no lo que quería.

Corrió al baul del auto y tomó lo que tenía. No era un experto en el campo médico pero algunas cosas guardaba en el auto por las dudas, y esta fue la oportunidad de utilizarlas: vendaje y cinta, no era mucho pero podría ayudar a que no muera desangrado y la culpa lo carcomiera.

Ángel • Farfadream Donde viven las historias. Descúbrelo ahora