Cuatro

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Los cupcakes estaban deliciosos. Tal vez los había dejado un poco más de tiempo en el horno de lo habitual, pero el sabor a vainilla seguía presente en cada bocado.

Farfa los disfruto todos. Dream por su parte solo se limito a mirarlo de vez en cuando.

Quedaron solos en un silencio profundo mientras el ángel se quitaba las ultimas lágrimas que habían escapado de sus ojos, ahora más tranquilo. Farfadox no sabía qué decirle en ese momento, cómo consolar su dolor. No comprendía sus lamentos ni entendía cómo aquel ser celestial se encontraba en la tierra firme si su lugar estaba en los cielos mismos.

Pero sí sabía que por más ligera que fuera, la risa del ángel parecía una melodía en sus oídos que le gustaría escuchar muchas veces más. Su llanto desconsolado proveniente de esa crisis de hace rato no parecía típica de él, no debería sentirse así.

Entonces, después del incidente, Farfadox supuso que era mejor no indagar más en el tema. Observando la reacción del chico, pensó que sería mejor dejarlo de lado y pasar a otra página para asegurar que el ángel se quedara en su hogar hasta su completa recuperación.

Sin embargo, la curiosidad empezaba a picarle por dentro y aún persistía una sombra de desconfianza en su ser. Por mucho que quisiera ayudar al ángel, no podía ignorar los peligros que su presencia pudiera acarrear. A su vez, algo en él le decía que no podía simplemente echarlo, no después de haberlo rescatado y proporcionado refugio.

Desvío ese tema también, y se concentro en algo más especifico e importante.

─¿Sabes si alguien te vio en la calle? ─una pregunta repentina después de ese tiempo de silencio, pero era escenacial si iba a ser parte de su vida, aunque sea por un tiempo indeterminado.

Dream pestañeo un par de veces,─No? I don't know... ─De su lado, no precisamente presto atención a si había alguien mientras literalmente caía del cielo, por lo que la pregunta fue una estupidez que dejó a Dream extrañado.

Y a Farfadox como un idiota, era obvio que no eligiria una zona concreta a su descenso. El ente suspiro, cansado─Nos van a cagar si saben...

─What? ─No comprendió sus palabras.

─Que pueden ponernos en peligro a los dos, es mejor que no salgas.─Dijo, algo alterado, observó la ventana detrás del semi alado, el cielo se estaba tornando más oscuro a cada minuto.

─Yeah, of course. ─Algo cabizbajo, observando sus manos juntas y jugueteando con ellas.

Farfadox lo miró raro, pero no dijo nada por esa actitud, su vista capto la puerta de la sala y luego volvió a ver a Dream, escaneando su cuerpo. Aun con las vendas.

─¿Te gustaría un cambio de ropa? ─Fue una excusa, pero eso animo al chico sentado frente a él que simplemente asintió y con su mano derecha acaricio la contraria tapando su pecho.

Más rápido que nunca el ente desapareció de la cocina en busca de ropa, dejando al ángel solo.

Por su parte Dream miró el lugar donde antes estaba Farfadox, con la vista perdida.

Él pensaba, recalculaba sobre su crisis, más que nada por verse a un espejo luego de tanto tiempo. No tenía idea lo demacrado que se observaba su cuerpo, tantas heridas cubiertas por un vendaje cuidadoso, y la cicatriz permanente de su  posesión más valiosa perdida. Odiaba al que le hizo esto, lo detestaba tanto que sus manos picaban por el enojo de querer estrangularlo. No quería, o más bien, no podía dejarlo con esa libertad en los cielos.

Ángel • Farfadream Donde viven las historias. Descúbrelo ahora