El departamento lucía verdaderamente muy ordenado. Las cortinas de color claro hacían contraste con el color caoba de los muebles, cuya parte superior estaba cubierta por un fino mármol. La sala de estar era pequeña pero lucía acogedora con las lámparas de pie de estilo Art Nouveau.
Teo lo siguió hasta la pequeña sala de estar, sintiéndose embriagado por su sutil perfume y su forma de caminar. Este se acomodó muy elegantemente en el sillón.
—Ponte cómodo —dijo él mientras le indicaba el sofá ubicado a su izquierda y cruzaba sus piernas muy elegantemente.
Teo se sentó sin decir nada, era la primera vez en su vida que se había quedado fascinado con alguien. Esa persona emanaba un carisma totalmente irresistible y su voz era extremandamente sensual.
—¿Quieres tomar algo? ¿Te parece bien un café ?Es que acabo de llegar del club donde trabajo, y necesito tomar algo para sentirme mejor —dijo a la vez que se levantó para dirigirse a la cocina para colocar el agua y el café en la cafetera automática.
—Puedes preguntar lo que quieras que desde aquí te escucho muy bien.
—Quisiera saber algunos detalles de la vida de la Sra. Kant. Estoy investigando su desaparición.
—Esa mujer es una señora con todas las letras —contestó alzando la voz para hacerse escuchar mejor desde esa distancia —Es muy buena vecina y sobre todo muy amable. Es la única que no me ha hecho mala cara porque salgo siempre vestido así.
—Yo no veo nada de malo, en que usted se vista así. Cada uno es libre de hacer lo que quiera en ese sentido.
—No me trates de usted por favor, puedes tutearme.
—¿Recuerdas cuándo fue la última vez que vio a la señora Kant? Si ella se veía bien, estaba tranquila o paraceía tener algún tipo de problema o preocupación.
—Creo que una semana antes de su desaparición definitiva. Siempre la vi bien, si tenía algún tipo de preocupación o problema como dices, pues realmente no se le notaba... o quizás lo disimulaba muy bien, pero no lo creo.
—¿Qué quieres decir con desaparición definitiva después que vinieron a atenderla a su domicilio los paramédicos?
—Bueno, que no tuve más noticias de ella.
—Me puede dar una mejor explicación, por favor.
—Bien, la señora Kant, siempre estaba muy bien. Yo la veia que siempre salía con sus amigas. Un día se sintió mal y llamamos a la atención médica a domicilio.
—¿Y que sucedió?
—El médico que vino, dijo que tendrían que llevarla al hospital para hacerle algunos estudios. Unos días después ella se comunicó conmigo y me dijo que al día siguiente le daban el alta, pero nunca regresó a su departamento. La llamé varias veces a su teléfono pero nunca volvió a responder, por eso decidí hacer la denuncia.
—¿Sabes si alguien tiene acceso a su departamento, algún familiar que estaba a cargo de ella?
—Que yo sepa, ella siempre estaba sola. Lamentablemente no tenía familiares. Lo único que le quedaba era un hermano, pero falleció hace unos años.
—Recuerdas a que empresa de atención médica domiciliara pertenecían los paramédicos que vinieron a atenderla.
—Déjame pensar un momento...creo que eran Med24.
—Gracias por tu tiempo. Si llegas a recordar algo más por favor no dudes en llamarme. Te dejo mi tarjeta —dijo mientras la extraía de su billetera y se la entregaba.
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DE REPENTE
RomanceMateo es un joven que ha sufrido una desilusión amorosa por la traición de su novio. Con sus amigos deciden pasar el fin de semana en una ciudad turística, donde conocerá a un hombre atractivo e inquietante. ¿Encontrará el amor en este hombre mister...