A pearl

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Existen cosas simples que dan gracia, ¿no es gracioso? El hecho de que algo aleatorio y tan insignificante que pasó de la nada traiga consigo tantas remembranzas que golpean de forma repentina y fuerte en la mente como el granizo, frío y violento

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Existen cosas simples que dan gracia, ¿no es gracioso? El hecho de que algo aleatorio y tan insignificante que pasó de la nada traiga consigo tantas remembranzas que golpean de forma repentina y fuerte en la mente como el granizo, frío y violento. Lo curioso de la memoria es que y una de las razones por la que tantos odian la suya es que a veces trabaja por sí misma sin recibir órdenes, olvidando las cosas importantes en un vacío oscuro del que nunca podrás sacarlas, desde cumpleaños de seres queridos hasta el consejo que pudo haber dado alguien inteligente, pero al mismo tiempo se esfuerza en encontrar el momento menos indicado para plasmar la imagen más vergonzosa vivida frente a uno como si te expusiera a tu yo actual para sentir una culpa imparable que te haga morir y así dejar de darle trabajo al cansado cerebro que anhela dormir.

La memoria es bromista y tonta, pero también sensible y con un mínimo estímulo ya puede viajar en el tiempo internamente.

El aroma de grasa de cerdo le recordaba los cannolis italianos que comía en su infancia, las manchas de tinta a las Pulp fiction, el hedor de plástico a las revistas Look y fotos de ropa Interior para hombres, el viento frío le traía de vuelta hacia esa época donde aún no trabajaba con Mario y en vez de eso limpiaba en un pequeño mercado chino donde todo el tiempo tenían prendido el aire acondicionado, al igual que el cloro y otros elementos de playa le traían malos recuerdos, ahora el tacto también lo hacía suspirar de humillación.

Mueve sus dedos acariciando la textura, masoquista, curioso, nervioso.

Era una tela cálida que no pesaba mucho, con elástico, apretaba un poco sus caderas y la falda blanca exponía el pequeño bulto en su abdomen fruto de la gula en noches de insomnio.

Estaba todo de blanco como un fantasma de telas, mordía su labio y su bigote se mueve ante el recuerdo de la primera vez que se vió a sí mismo en esa situación, fue el primer día en su vieja casa en Brooklyn, acaricia la tela y puede sentir las dudas que sintió en ese momento cuando recién llegaron a su nuevo hogar y con su hermano se pusieron a desempacar.

Recuerda que ya era casi de noche y sus familiares aún no traían el resto de los muebles así que no estaban, al igual que sus padres quienes se dispusieron a vagar por el barrio en busca de un lugar donde comprar comida ya hecha porque aún no tenían el gas natural del lugar instalado en su cocina, así que en la casa solo estaban Mario, las cajas y él, los hombres encargados de la casa.

Entre nosotros sabemos que Luigi no es la persona indicada para sostener objetos frágiles por lo torpe que puede ser a veces, incluso en su escuela las maestras le llegaron a preguntar si sufría violencia en su casa debido a las heridas que se hacía por tropezarse tanto, definitivamente no aceptaría ser él quien saque de las cajas de mudanza la valiosa vajilla de porcelana de su madre, así que se organizaron entre los hermanos, el mayor se encargaría de la vajilla y demás cosas de la cocina mientras Luigi debía desempacar la ropa de la familia. Todo iba bien, ni siquiera notaban la presencia del otro, lo cual hacía un poco solitario el trabajo, esto ponía ansioso a Luigi quien se intentaba concentrar en sacar la ropa de la cajas y doblarlas como sus tías le habían enseñado alguna vez.

𝑭𝑳𝑶𝑾𝑬𝑹𝑺 ✦ 𝐵𝑜𝑤𝑢𝑖𝑔𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora