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Después de una larga charla con la doctora de como podía afectarle esto en el futuro, los cambios que tendría su cuerpo y el hecho de que debía salir de su depresión o el bebé cargaría con eso también lo dejaron ir a casa, todos trataron de disuad...

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Después de una larga charla con la doctora de como podía afectarle esto en el futuro, los cambios que tendría su cuerpo y el hecho de que debía salir de su depresión o el bebé cargaría con eso también lo dejaron ir a casa, todos trataron de disuadir su decisión, pero no lo permitiría, sabía que aún era un mocoso, pero, esos ojos azules no salían de su cabeza.

- ¿sabes que esta bien si no quieres hacerlo verdad?- el alfa estaba en la entrada de su habitación, era el más preocupado de la manada, todos los días le decía que no lo juzgarán si decidía abortar, que el lo apoyaría y traaria de conseguir el dinero si ese era el problema.

- lo se.- los otros omegas le habían hecho un nido en su cama, así que estaba la mayoría del día acostado o mirando por la ventana.- pero lo quiero, el ya está aquí.- El alfa se rindió cuando lo vio poner sus manos con ilusión en su plano vientre, así que solo se acerco a acariciar su cabello.

- estuve hablando con un amigo, dice que el bastardo tiene que ayudarnos con la manutención.- vio como las manos del omega comenzaron a temblar, así que tomo sus mejillas e hizo que lo mirara.- no podrá acercarse a ustedes, pero solo funciona si tu declaras en su contra, tenemos todas las pruebas solo falta que tú declares, una vez el juez lo marque culpable no podrá siquiera respirar a menos de 50 metros de ti.- el omega lo vio indeciso, no quería volver a verlo, no quería estar cerca de él, no sabía si podría.- conseguí un excelente abogado, solo faltas tu para que ese bastardo pase los próximos 20 años encerrado.- lo abrazo al verlo tan miedoso, sabía que no era fácil, le había preguntado apenas reacciono sabía que no recordaba mucho.-  si realmente quieres tenerlo, deberás empezar por levantarte de esta cama, se que tienes miedo y estás resentido, pero necesitas salir de esta, así como saliste de muchas otras.- pego su frente a la del omega, las lágrimas bajaron de sus mejillas con dolor, se había contenido por el bien de su manada, ahora el chico estaba despierto y lo miraba con sus ojos verdes.- quiero a él omega sarcástico que me saca de quisio de vuelta, te necesito.- esa noche se quedó en el nido con el omega, hablaron de cosas del pasado mientras lloraban y reían, hasta quedarse dormidos, lo haría, por el bien de su cachorro, por su manada, volvería a salir de las cenizas más poderoso que nunca para mostrar que no fue vencido, podían intentar romperlo pero se levantaría las veces que fueran necesarias.

Los rayos del sol le pegaban en la cara, abrazo con fuerza al que creía que era el omega, pero era demaciado suabe, no parecía tener huesos, así que abrió los ojos para encontrar una almohada, se levanto para ver las cortinas abiertas, iluminando el cuarto dejando ver la decoración, era de un color crema suave, tenía algunas fotos en su mueble, una lámpara de noche y un pequeño ropero, se levanto al escuchar los murmullos en la cocina, así que con pereza los siguió, lo que encontró lo hizo sonreír, en la cocina estaba su manada, el de ojos verdes estaba charlando animado mientras cocinaba lo que parecían ser hotcakes, los otros dos de ojos azules lavaban los platos y su alfa ponía la mesa.

- ¿vas a quedarte ahí como tonto o vas a venir a comer Todd?- los demás se voltearon a verlo como si tuviera 3 cabezas, pero el sólo camino al menor  para empezar a frotar su puño en su cabeza.

Mi pequeña lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora