Capítulo 3

25 6 4
                                    

Basándose en que según Jungkook el hombre que lo acompañaba la noche anterior era su padre, la mujer que ahora abría la puerta de la casa de Jungkook debía ser su madre.

— ¿Señora Jeon? —dijo Taehyung no muy seguro, ya que había dicho el apellido en base al que había visto en el buzón de entrada. Le alargó el jarrón que tenía fuertemente apretado contra el pecho —. Hola, soy Kim Taehyung, su nuevo vecino.

Tras estar toda la tarde sintiéndose como una mierda, decidió ensayar una disculpa, cerciorándose de que no hubiera palabras que pudiera ponerlo en un aprieto. Nada de sonidos duros y ni de conectores innecesarios que le causaran tartamudeos.

— Solar —dijo ella tendiéndole la mano. Taehyung se la estrechó mientras apretaba la punta del pie contra el suelo de madera del porche, para así sentirse conectado arriba y abajo —. Tengo entendido que lo habitual es que seamos nosotros quienes traigamos algo al nuevo vecino, no al revés. —Mostraba una expresión divertida mientras tomaba el jarrón. Taehyung había encontrado margaritas en su patio. Bueno, creía que eran margaritas; no estaba totalmente seguro.

— Son para Jungkook. — A Solar le cambió la expresión del rostro y lo miró con cautela —. Para disculparme

— ¿Disculparte por qué? —Aunque era una mujer menuda, parecía un gigante en ese instante.

—Hice algo estúpido hoy en la cafetería. Lo insulté, aunque no era mi intención en absoluto. —Masculló algunas palabras más y terminó la frase mirándola a los pies, con la cara ardiendo de vergüenza. Cuando volvió a levantar la mirada, la expresión de ella era de compasión, lo que no lo hizo sentirse mucho mejor.

— Está en su cuarto. Le preguntaré si quiere hablar contigo —dijo dando un paso al lado para dejarlo entrar y devolviéndole el jarrón de flores —. ¿Por qué mejor no se las das tú mismo?

— Gracias —dijo Taehyung agarrando de nuevo el jarrón.

Solar lo dejó esperando en el vestíbulo. Quizás fuera estúpido traer flores, pero no había sido capaz de pensar en algo mejor. Con las cosas de la cocina todavía en cajas, no podía cocinar. Aunque sus capacidades culinarias aún dejaban mucho que desear, incluso con todo el equipo a mano. Dejó el jarrón en una mesita adyacente, no quería arriesgarse a tirarlo al suelo.

— ¿Taehyung?

Levantó la vista de las flores y vio que Solar había vuelto. Jungkook estaba detrás de ella, vestido con un pijama de seda roja, de aspecto distinguido y con la parte de arriba abotonada; un atuendo que no casaba nada con su expresión de malhumor. Se toqueteó bajo la camisa mientras miraba al suelo.

— ¿Puedo hablar con Jungkook a solas? —preguntó, y aunque sintió que no era corecto hacerlo, tampoco quería tener testigos mientras hablaba con él.

— ¿Te parece bien hablar con Taehyung a solas, Jungkook? —preguntó Solar.

— Bueno.

Solar le dio un apretón en el hombro y se marchó.

— Jungkook, lo que dije antes sobre que eras raro...

— No soy raro.

— No, no lo eres. Quise decir que yo a veces me siento así. La gente se frustra conmigo porque tartamudeo. Y yo también me frustro conmigo mismo, porque tengo... —dudó. Aún le era difícil confesarlo abiertamente; si no le daba un nombre, no estaría confirmando que sí que tenía un problema. Jungkook parecía estar a punto de salir corriendo —. El síndrome de Tourette —dijo finalmente, alargando la mano hacia Jungkook sin llegar a tocarlo —. Se llama síndrome de Tourette y hace que no pueda controlar mi cuerpo. Bueno, puedo controlarlo un poco, pero solo a veces, y no por mucho tiempo.

Starry NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora