— Se los ve bastante unidos a Jungkook y a ti ¿Hay algo que tengas que contarme?
Jennie lo había llamado la noche siguiente a su visita para preguntar qué tal le iba con el nuevo trabajo, pero de repente cambió de tema. La duda la había estado quemando por dentro; Taehyung estaba seguro de que había querido preguntar el día antes, pero probablemente se había abstenido porque Jungkook estaba presente.
— Solo somos amigos
— Estabas sentado en su regazo.
— Me caí en su regazo, y después me levanté. —Taehyung había estado intentando pasar entre el sofá y la mesita con las manos llenas de papeles y perdió el equilibrio.
— Claro, después de estar veinte segundos abrazaditos.
— Jungkook es cariñoso.
— Ajá.
— Lo es. —Toqueteó la suela de su zapato; parecía que el talón se estaba soltando.
— Taehyung, sigues preocupado porque quizás estuvieras aprovechándote de él ¿no te dio su madre luz verde o algo así?
— No es por él. —La conversación podría terminar. En ese mismo momento.
Silencio al otro lado de la línea. Jennie probablemente estaba revisando todas las razones por las que Taehyung podía estar malhumorado. Bogum. SeokJoon. Ohm. No tenía tantas exparejas como alguna gente (Jennie sin ir más lejos), pero le habían impactado de todas formas. Bogum, en pocas palabras, lo engañó. SeokJoon ya estaba saliendo con otra persona; en ese caso Taehyung era el otro y no lo sabía. Ohm fue perfecto tras esos dos, hasta que Taehyung lo encontró imitando sus tics para divertir a unos compañeros de trabajo. Ohm ni siquiera intentó pedir disculpas ni actuó como si se sintiera mal. De hecho, actuó como si fuera Taehyung el que tenía el problema, como si estuviera exagerando y simplemente tuviera que relajarse un poco.
— Oh, lo siento. No sé en qué estaba pensando.
Sonaba tan arrepentida que empezó a sentirse mal por su reacción. Ninguna de sus fallidas relaciones era culpa de Jennie,
— No pasa nada. Siento haber sido tan brusco.
— Cariño, deberías dejar que alguien entre en tu vida ¿De qué tienes miedo?
— De todo.
Jennie suspiró varias veces, como si estuviera preparándose para un discurso, pero cuando finalmente habló, fue para despedirse.
— Te veré en algunas semanas. Solo... se los ve perfectos, chicos. Sé que soy una romántica, pero...
— Adiós Jennie
Taehyung colgó. Apretó el teléfono entre sus manos sudorosas. No se limpió las lágrimas de la cara, porque no había nada que limpiar. Nada de nada. Respiró hondo. Vuelta al trabajo.
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Starry Night
RomanceA los veinticuatro años, los tics y tartamudeos de Taehyung Kim lo han convertido en una persona extremadamente tímida. Aunque sus amigos lo acusan de dejar que su síndrome de Tourette le dicte la vida, Taehyung decide irse de Seúl y trasladarse a u...