Las pesadillas siempre lo dejaban soñoliento durante el resto del día y con miedo a la noche. Se había esforzado en mantenerse despierto, pero al final había tenido que ir a la habitación e sus padres para dormir con Taehyung y con Yoongi.
— Jungkook ¿Te encuentras bien? —preguntó Lisa.
Asintió. Estaban en una hora de baja fluencia en la cafetería y ya había terminado de limpiar todas las mesas.
— Mis padres se han ido. Taehyung se está quedando con nosotros mientras están fuera.
— Me podría quedar contigo si quieres
— No, con Taehyung voy bien. —Se acordó demasiado tarde de mirarla a los ojos para ver si quería que dijera que sí, pero parecía no haberle importado.
— ¿Estas durmiendo bien?
— Sí.
— Jungkook...
— ¡Sí! —No era su madre, podía mentirle si quería. Pero la cara que puso decía que no le creía. Apartó el chocolate caliente con extra de nata que se estaba tomando y se levantó —. Tengo que volver al trabajo.
En el almacén, encontró cajas que abrir por lo que se puso a hacer inventario. Cada vez que tachaba un producto de la lista le recordaba el movimiento que hacían las manos de su sueño; como cada movimiento lo abrían en canal y lo horrorizaba. Como pensaba que no se volvería a despertar. Pero, tenía las manos temblorosas. Cuando se le cayó el bolígrafo al suelo, el ruido lo despertó de su trance. Se agachó a recogerlo, lo apretó con fuerza y comenzó de nuevo. "Concéntrate".
Saltó del susto cuando Kai lo tocó en el hombro.
— Mi padre dice que la gente que salta así es porque es culpable de algo —dio Kai.
Jungkook no podía entender como alguien podía sonreír al decir algo así. No sonaba como algo con lo que bromear.
— No soy culpable de nada —respondió.
— Está bien... —dijo Kai con seriedad.
La gente miraba a Jungkook solo de dos formas, o alegres o serios, no había término medio. Pero lo hacía la gente que no lo conocía muy bien, lo que significaba que Kai no debería de estar mirándolo tan serio.
Descolgó su paño de encima de su caja y volvió a la sala principal antes de que pudiera darle más vueltas a la cara de Kai.
La segunda noche en casa de Jungkook, Taehyung durmió solo. No sabía si era porque Jungkook no había tenido una pesadilla o porque se había resistido a su necesidad de consuelo. Al tercer día, la rutina ya estaba relativamente establecida: cena en la cocina, un poco ee televisión después, los deberes de Yoongi, duchas y a la cama.
Taehyung estaba en la cama escuchando atentamente por si oía ruidos. No había dormido muy bien la noche anterior, entre esperar a que Jungkook apareciera y que la cama le resultaba extraña. Dando por perdida la opción de dormirse pronto, se fue al cuarto de Jungkook y abrió la puerta.
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Starry Night
RomanceA los veinticuatro años, los tics y tartamudeos de Taehyung Kim lo han convertido en una persona extremadamente tímida. Aunque sus amigos lo acusan de dejar que su síndrome de Tourette le dicte la vida, Taehyung decide irse de Seúl y trasladarse a u...