II

1.4K 143 63
                                    

La familia Malfoy es una de las mas importantes en el mundo mágico, su prestigio abarca desde siglos atrás y son muy conocidos alrededor del mundo por sus negocios y poder económico, ya que presentan la base de la economía mágica a medio mundo mágico por su participación en diferentes empresas donde trabajan magos y brujas. Sumándole a eso, tienen un asiento en el ministerio.

Hace años, cuando Narcissa Black y Lucius Malfoy se casaron ante el mundo mágico, dos familias influyentes se unieron y se volvieron mucho más poderosos, lo que trajo beneficios, pero también muchos mas enemigos que los que ambas familias tenían con anterioridad. Black y Malfoy son familias que atraen mucho la atención desde hace siglos por diferentes razones, buenas o malas, siempre están en la mirada de la prensa.

Ambas familias, ― sobre todo Malfoy ― tratan diariamente en lidiar con aquello por sus descendientes, tratando de hacer de oídos sordos a cada cosa que dicen de ellos, pero hay momentos en los que simplemente no pueden. Mas aún si tienen a un auror detrás de ellos, siguiendo cada uno de sus pasos.

― ¿Terminaste, Shacklebolt?

La voz profunda de Lucius Malfoy inunda la sala principal de la mansión mientras sus profundos ojos grises observan al auror que hace media hora llego a realizar una "inspección rutinaria", que según se realizan a todas las familias pertenecientes a los sagrados 28 una vez al año.

"Y una mierda", piensa el patriarca de los Malfoy cuando tuvo que dejar ingresar al hombre y a otros cuatro Aurores. Solo agradece que su hijo se encuentre en hogwarts porque no quisiera que él presenciara eso y no por él, sino por los Aurores.

― Si, señor Malfoy.

― Quisiera hacerle una pregunta, señor Shacklebolt ― la suave y calmada voz de Narcissa se hace presente. El sonido de sus pasos ingresando a la habitación llama la atención mientras camina con elegancia y pulcritud digna de una mujer como ella ― su jefe, el auror Potter, sabe de casualidad sobre esta... repentina inspección.

Su esposo trata de calmar la sonrisa que amenaza con adornar su rostro mientras Narcissa finaliza de hablar, su mirada azulada fija en el hombre auror, quien alza la barbilla con altanería, pero sus ojos demuestran otra cosa.

― Claramente. ― responde y Narcissa debe aguantarse decirle una palabrota ― Todas las inspecciones fueron aprobadas por él y el primer ministro.

Una delgada ceja de la mujer se alza.

― Oh, ¿en serio? ― cuestiona la rubia ― Juraba que, según la información que uno de mis primos me otorgó hace una semana, el jefe Potter se encuentra en una misión muy lejos de aquí, sin comunicación así que, la verdad, me disculpo por desconfiar de sus palabras, pero no me deja de otra teniendo en cuenta que nos esta mintiendo en nuestra cara y acaba de ingresar a mi domicilio a realizar una inspección sin autorización y lo peor, sin razones bases para hacerlo.

― Cissy...

― Así que, Kingsley le ordeno que se vaya de inmediato de mi hogar o tendré la obligación de alzar nuevamente las barreras de protección y que usted y sus hombres salgan de aquí de una manera poco ortodoxa.

― Señora Malfoy, ¿aquello es una amenaza?

― Es un orden siendo la dueña de este lugar, auror. ― sigue la mujer y detrás de ella, su marido solo la observa con una sonrisa en su rostro.

A veces la locura y temperamento de los Black sirven de algo.

― Y, además, la próxima vez que usted venga a mi hogar sin autorización del jefe Potter y hablando como si la tuviera, personalmente me encargare de que él se entere de lo sucedido y Kingsley, James Potter me tiene mucho aprecio.

VortexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora