XIII

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La estación King's Cross está a rebosar y no es de extrañar, teniendo en cuenta que es final de curso y los alumnos lo único que desean hacer es llegar a sus casas y descansar de esas dos semanas llenas de exámenes.

Harry observa a través de la ventana del compartimiento donde se encuentra como la estación se acerca cada vez más y nota el tumulto de padres aglomerados por todo el andén, todos esperando a sus hijos. Trata de ver a sus padres por encima de toda la gente, pero no logra verlos, pero sabe que están por allí alrededor de las cabezas pelirrojas y rubias que destacan entre la multitud.

― ¿Los viste?

Niega ante la pregunta su amiga.

― Nop, pero se que están por ahí. ― responde despegando su mirada de la ventana una vez ingresan a la estación. ― Vi a tus padres, Ron, deben estar al lado de los míos.

"Y los de Malfoy", quiere añadir, pero se lo guarda para si mismo.

El tren por fin, luego de varias horas de viaje se detiene y el trío de amigos escucha como no pasan ni medio segundo y por el pasillo entre vagones se escuchan las pisadas de los estudiantes corriendo de aquí para allá tratando de salir y reencontrarse con su familia. Los gryffindor se toman su tiempo bajando su equipaje y gracias a Hermione ― quien ya es mayor de edad y se le permite realizar magia fuera de hogwarts ―, encoge su equipaje para hacer mas practica y sencilla la bajada. 

Son casi diez minutos después que el tren se detuviera que el trío de amigos logra bajar sin sentirse ahogados entre tanto estudiantes ― de los tres primeros años ― y sienten el fresco aire de Londres en sus rostros.

― Vacaciones, por fin.

― Si ― sonríe la castaña, tirando de los brazos de sus amigos ―, pero recuerden, vamos para séptimo y eso significa...

― Los EXTASIS, si, Mione, lo sabemos.

― Llevas hablándonos de esos exámenes desde que iniciaron los de este, Herms, ― el tono de Ron esta lleno de fastidio y más el gesto de sus ojos hace que la mujer lo vea mal ― danos un poco de descanso, ¿sí? Al menos el primer mes de vacaciones.

La castaña no le responde, solo mueve su cabeza. Harry sabe que significa ese gesto, no es un sí, pero tampoco un no. Es un "ya veremos".

Harry se deja guiar por su amiga entre las familias y es solo cuando entre rojizo y rubio que distingue ese cabello oscuro de uno de sus papás y el cabello indomable ― que heredo ― de su otro papá que se suelta de su agarre y corre hacía ellos.

― ¡Papás!

― ¡Harry!

Da un pequeño salto ingresando entre los brazos de su papá pelinegro para rápidamente sentir los largos y grandes brazos de su otro padre envolviéndolos desde un costado. Suelta una pequeña carcajada cuando de los labios de su papá Regulus sale un quejido y seguidamente un regaño hacia su esposo.

― Eres un brusco.

― ¡Mi niño, ¿cómo te fue?!

James ignora a su esposo una vez los suelta y se dirige totalmente hacia su hijo quien le regala una sonrisa tan grande que hace que sus ojos se vuelven más pequeños, pero antes que pueda responder desde atrás una figura larga y de cabello largo aparece, alzando al menor de los Potter por la cadera.

― ¡Mi ahijado favorito!

― Soy tu único ahijado, Pads.

― Mucho mejor.

Harry suelta una carcajada. Extrañaba las extravagancias de Sirius.

― Baja a mi hijo, Sirius.

La suave voz de su papá Regulus hace sonreír a Harry. También extrañaba eso, la calma de su padre ante las ocurrencias de su esposo y hermano.

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