CREADO | Yoonmin

07

—Jimin, ya vuelvo, quédate aquí ¿Está bien? 

—¿Cuánto tardaras en volver? —pregunto el grisáceo sentado frente a la mesa mientras sostenía una pieza del rompecabezas que estaba armando.

—Tranquilo, volveré pronto —respondió su padre colocándose su saco y un sombrero sobre su cabeza. 

Y mirando por ultima vez a su hijo con una sonrisa, salió por la puerta.

El tiempo transcurrió y Jimin ya había terminado de armar el rompecabezas colocando la ultima pieza al tablero. Se quedo mirando la imagen que formaba que era de un paisaje y luego levanto la mirada viendo hacia el reloj que apuntaba las 10 de la noche. Ya era tarde y su padre no regresaba. 

Sin saber que hacer fue a prender el fuego de la chimenea mientras se sentaba en el sillón a leer un libro. Sin embargo, minutos después, pudo oír un tipo de canción, miro a su alrededor buscando de donde provenía aquel ruido hasta ponerse de pie, levantar la cortina y mirar hacia la ventana viendo a lo lejos una pequeña luz.

Pronto la canción se oyó más fuerte como si un montón de voces se hubieran juntado a cantarla acompañándola con aplausos, era una melodía tan hermosa que llamo de inmediato la atención de Jimin. Pues hasta el momento en que despertó, el bosque era tan silencioso, esta era la primera vez que escuchaba a alguien cantar. 

¿De donde podría provenir aquel sonido?

El grisáceo miro hacia la puerta, pensando que su padre probablemente tarde en llegar. Y acercándose a la puerta, pronto termino abriéndola por completo viendo nada más que arboles siendo alumbrados por la luna, pero resaltando a lo lejos solo esa pequeña llama que vio hace unos instantes. 

Curioso, lentamente salió de la casa dejando un poco entreabierta la puerta para luego entrar, seria rápido, por lo que pensó que no seria para tanto. Fue ahí cuando sus zapatos tocaron la tierra,  que poco a poco sus pasos fueron acelerando y pasando entre los arboles, se dirigió hacia aquella luz, una luz que se hacia cada vez más cerca hasta finalmente detenerse escondiéndose atrás de un árbol. 

Un grupo de personas se encontraban bailando alrededor de una fogata, entre ellos había una hermosa chica de cabello largo y ondulado quien era que cantaba con una enorme sonrisa caminando delicadamente hasta dar una vuelta con su cuerpo sencillamente.

El resto se encontraban vestidos muy raros para Jimin, tenían vestimenta muy llamativas de colores y tenían maquillado el rostro. Parecían divertirse, mientras acampaban en el bosque, más allá podía ver como otros se encontraban levantando un enorme tela, como si estuvieran construyendo algo, que parecía una casa de tela de colores. 

Pero además de ello, podía ver animales, unos enjaulados y otros en el aire libre siendo guiados por alguien de traje y un sombrero. Jimin no entendía lo que hacían pero mientras ellos se divertían cantando y bebiendo, pronto una gota de lluvia cayo en su frente.

La lluvia comenzó a caer, haciendo que las personas corrieran de un lado a otro alborotados. Jimin por su lado, al dejar de oír aquella canción, se volvió hacia el bosque, apresurando su paso por la lluvia, el cual ya le había mojado la ropa. Pensó que apenas llegue a su hogar, se cambiaria rápidamente antes que su padre lo descubra, pero eso fue hasta que luego oyó un disparo a lo lejos. 

Jimin volteo hacia donde escucho aquel ruido y teniendo un mal presentimiento acelero aun más el paso regresando a su hogar. En cuanto llego, miro la puerta que se encontraba totalmente abierta, diferente a como lo había dejado. ¿Habrá sido el viento o habrá llegado su padre?

Y caminando entre la lluvia y el barro, llego finalmente a detenerse en la entrada al ver un objeto extraño en el suelo. El grisáceo se inclino a recoger el objeto que era la primera vez que veía, era largo y de una forma extraña. Esta era una escopeta. Jimin comenzó a analizarlo, sin saber su uso, hasta que al presionar en una parte del objeto, luego escuchó un fuerte ruido salir de este con tal fuerza que le hizo retroceder en el momento.