Ambos seguían sumergidos en aquel beso, explorando la boca del otro y al mismo tiempo luchando por ver quién tenía el control de este. Sin embargo, por falta de oxígeno, unos cuántos segundos después tuvieron que separarse. Lo hicieron lenta y progresivamente. Nadie podía formular ni una sola palabra: sólo se miraron a los ojos mientras su respiración se acomodaba
Se apartaron poco a poco, luego Pep sonrojado todavía se rascó la nuca incómodo porque sabía que se volverían a alejar. No había manera de que tuvieran el mínimo espacio romántico pues Mou decidía escapar, retirarse, desviarse. Entonces el entrenador merengue seguía dando señales confusas y ambiguas ¿Realmente lo amaba o solo Josep estaba confundiendo las cosas?
Deberías irte...mañana es laboral... Dijo Guardiola posterior a un pequeño carraspeo. José sin decir nada le dió un beso corto al culé y se fué. Todo era una montaña rusa con Mourihno a su lado, y el blaugrana siempre dejaba de hablarle pero más tarde el merengue tomaba iniciativa como si nada hubiese pasado. Y así, caían en el círculo vicioso nuevamente
Por su lado, el madridista se sentía totalmente conflictuado, pero ya no más: porque antes no encontraba la forma de equilibrar su vida laboral con su vida personal, pues pensaba que no podía amar a su rival
Pero se dió cuenta que no era así, pues quienes tenían que odiar al barcelonista eran los propios jugadores, no él. Si quería tener lo mejor de los dos mundos lo tendría
Motivará a sus jugadores con la premisa de odio a los del equipo contrario mientras se comía a besos al mismo entrenador.
Ese era su plan en el que estuvo pensando todos esos meses, y lo efectuaría esa misma semana cuando tomó el primer tren de Madrid a Barcelona y se presentó en su casa tocando la puerta incesablemente hasta que Guardiola abrió, y a continuación lo miró extrañado arqueando una ceja. Mou estiró sus brazos e inconscientemente dió unos cuántos pasos hasta estar tan cerca de él que lo tomó de la cara y encajó sus labios con los del contrario de forma impetuosa y más adelante, agresivamente introdució su lengua en la cavidad bucal del español. Quién de hecho estuvo lejos de resistirse
Y sin pausas decidieron seguir disfrutando descontextuadamente del impulsivo sabor dulce de la boca del otro. Por supuesto, hasta que se quedaron sin oxígeno y tuvieron que volver a la realidad separándose momentáneamente
...Uh, perdón por llegar de imprevisto. Fué a lo que le atinó a decir José parpadeando lentamente sin querer alejarse demasiado
Pues me gustan las sorpresas, aunque no me tomaste en el mejor de los momentos. Dijo Pep con una sonrisa ladina, y así fué como volvió a posarse en los labios contrarios sosteniendo la espalda de Mourihno, y al tener al portugués en su propio control, la unión era mucho más suave y serena pero también más erótica, explorando cada milímetro de la cavidad bucal del merengue.
En cuestión de segundos, las inoportunas prendas superiores desaparecieron así cómo poco a poco aumentaba la temperatura corporal entre los dos rivales. El sudor se hacía presente cuando José le acorraló contra la pared y le quitó la camiseta sin importancia a Guardiola, dejando que cayera dónde sea y permitiendo al madridista besar el cuello y la clavícula descubierta del español.
Pero este quería ir más allá: Pep le miró a los ojos y le sonrió pícaramente, bajando su mano del pecho contrario hasta la raíz, quitándole el bóxer y acariciando suavemente el miembro del portugués quien soltó algunos jadeos casi inaudibles. Después de esto, Mourihno lo besó ardientemente y luego le dió la vuelta tomándolo firmemente. Suspiró y posteriormente entró en Guardiola, sin ser para nada gentil.
Ese momento se sintió tan bien que ninguno de los dos estaba en si mismo, simplemente 'necesitaban' aquello; aunque no resolviera ninguno de sus problemas, no iban a parar hasta terminar con lo que empezaron. Y así fué: las embestidas eran relativamente agresivas, pero Pep lo disfrutaba hasta el punto de no poder ocultar sus gemidos. El chapoteo indecente de sus pieles haciendo fricción, combinado con los quejidos y las palabras obscenas que se oían por todo el apartamento era esa sensación que Mourihno extrañaba tanto sentir: pues, con una mujer simplemente no era lo mismo.
Entonces siguieron así hasta que el clímax se hizo inevitable para los dos, al José liberar su semilla en Guardiola. Dió la última embestida antes de separarse de este, el cual evadió el sudor y las escasas lágrimas que se habían formado con la mano.
Se miraron por primera vez en más de treinta minutos, Pep sonrió con una risilla nerviosa y Mourihno lo tomó de la cara, rompiendo la distancia nuevamente con un beso.
Si esto era un juego, el entrenador culé tenía que poner un "basta".
NO NECESITAN LA PASTILLA AZUL TODAVÍA, OMG!!! 🎉🎉🎉
Skunran ACTUALIZEEEEE, DESPUÉS DE COMO UN MES LO HICE!!!! 🍾
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El Secreto De José Mourihno
FanfictionLos aficionados veían a José Mourihno y a Josep Guardiola como la rivalidad más interesante en la historia del fútbol, ¿Pero quién se hubiera imaginado que detrás de cada improperio que soltaba Mou para Peep en la prensa se traducía en un beso largo...