me da rabia que seas un hijo de puta, amo que seas un hijo de puta pero también me duele que lo seas.
odio que me hagas sentir tantas cosas y al mismo tiempo eso me causa mariposas. ¿pero quien me entiende?
amaneció como en cualquier otra mañana, la ciudad catalana se encontraba ligeramente nublada aquel día pero aún así algunos rayos de sol lograron despertar a aquel hombre quien talló sus ojos con sus manos aún en estado de cansancio, se levantó de la cama y empezó su rutina de sábado ya que por un momento olvidó que su rival y ¿amante? estaba en su propia casa. cómo acostumbraban hacer, no durmieron juntos. y menos después de ese desliz, si se le puede llamar así. pep fruncía el seño algo frustrado por no poder hacer nada contra mourinho, se sentía como un niño reprendido e imponente
siempre había sido una persona con algunos problemas de autoestima (nunca reconocidos claramente) pero no podía ser que en cualquier ocasión el siempre ganara. y es que siempre fue así, nunca pudo hallar su lugar en la relación...o en cualquiera de sus relaciones.
al seguir con su día, se adentró en el corazón de su hogar y ahí se encontró con el entrenador portugués yaciendo en el extenso sofá del centro.
¿estaba...ebrio?
pensó él. no era ese el caso, pero era normal que lo pensara debido a la naturaleza de las cosas...todo pasó tan rápido para él. y quería que hubiera una segunda oportunidad para que estuviera dentro de él, pero Dios tampoco quería tener un jodido infarto a sus cuarenta años, y un día iba a provocarselo si seguía comportandose de aquella forma.
solo se digno a mirarlo, de todas formas que más podía hacer. definitivamente necesitaba un café así que caminó a la cocina para prepararlo con ayuda de la máquina, y el ruido de esta despertó a su contrario quien un poco desconcertado y absorto a la situación se levantó del mueble con algo de confusión, pero pudo reconocer casi al instante y asimilarlo.
caminó a donde provenía el ruido y vió al blaugrana tomando un gran sorbo de café negro. era como un deja vu, las mañanas en el departamento del otro, lo disfrutaba pero con el tiempo se volvió algo más y más raro e incomodo sobre todo con la distancia que habían tomado
vete de mi casa.
¿no puedo tener un café primer..-
lo he dicho claro
ese simple diálogo fue lo único necesario como para que Mou entendiera que ya basta, pero no por siempre pues seguiría intentando llevar a cabo su planeación, tener los dos mundos la lujuria y el ego a su poder era lo único que podía desear además de ganarle al barcelona claramente
pasados unos cuantos minutos José ya no estaba en casa y Pep sintió una tranquilidad que sintió que nadie podría quitarle ¿o si?
debía relajarse y estaba seguro que el café no le ayudaría, así que decidió simplemente salir a caminar un rato por la ciudad, aquella forma de meditación si se le puede decir así era su mejor opción para cualquier situación que conllevara estrés, tal vez siempre había sido una persona espiritual o tal vez no
el entrenador portugués no se quedó atrás para pensar las cosas, el tren era un muy buen lugar para consultar sus más sinceras inquietudes a la ventana y al paisaje y era un viaje relativamente largo así que tenía tiempo de sobra para eso.
perfeccionó aquello que estaba planeando y también reflexionó sobre eso, no era tan frecuente para él pensar en el daño que le haría a las personas de su alrededor con sus acciones o sus palabras así que el cuestionamiento sobre esas cosas era bastante corto
su conflicto era distinto: Mou es un hombre que ama con locura pero también con incoherencia, y esa mezcla de factores entre su proceso de aceptar una muy posible bisexualidad la cual es probable que se lleve a la tumba y el hecho de estar enamorado de su rival a muerte no eran cosas que lo pusieran muy a favor, pues todo el mundo sabe que es alguien con un ego gigante.
¿quien querría tener un lío con el sabiendo todo eso? y mucho más siendo un hombre
¿verdad?
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El Secreto De José Mourihno
FanfictionLos aficionados veían a José Mourihno y a Josep Guardiola como la rivalidad más interesante en la historia del fútbol, ¿Pero quién se hubiera imaginado que detrás de cada improperio que soltaba Mou para Peep en la prensa se traducía en un beso largo...