Hay algo que no comprendo y que todavía, al día de hoy, después de 1 mes, me confunde.
Anne, y su hijo, ¿Como me encontraron? ¿Por que me trajeron a un hospital? Y lo más importante ¿Por qué quisieron acogerme?.
Mi vida está mejorando, exponencialmente, desde que Anne me encontró y me acogió como una hija y me llevó a su humilde pero lindo apartamento he sido feliz, alguien se ha preocupado por mi y no ha esperado algo a cambio.
Renuncié a mi trabajo, y con el apoyo del hijo de Anne, Adam, pude denunciar a todos y cada uno de mis compañeros de trabajo.
Me pude relajar este mes, estoy tan feliz de que mi vida haya cambiado y todo gracias al hombre desconocido que me atacó y me trajo con Anne y Adam.
Anne me ha contado historias, sobre los sueños, ella sabe sobre mis pesadillas y me explica la causa de estas, Anne antes de tener a Adam y a su hijo mayor Dan, solía ser adivina, conoce aún todo sobre la magia, lo que hay más allá y sobre el futuro.
Ella siempre suele enseñarme algunas cosas de su antiguo trabajo, pero jamás le pedí que me enseñara mi futuro, tengo miedo a él.
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Ha pasado tanto tiempo. Anne, sus hijos y yo, nos hemos mudado al campo, es tranquilo y me otorga paz...
Me he dedicado a cultivar todo tipo de alimentos, pero lo que más me apasiona de esta tarea, es plantar rosas. Adoro las rosas, su tono rojo tan apasionante y vivo me fascina.
Últimamente, he tenido pesadillas, había dejado de tenerlas, pero volvieron con cada noche que deseaba descansar.
Sueño con una luna llena, preciosa y brillante, con un lago y alrededor de este hay arbustos llenos de rosas. Suelo soñar que me acerco al lago y que los arbustos me ceden el paso al mismo, me acerco a la orilla y de repente alguien me empuja.
Siempre despierto agitada y con algo se sudor en mi frente.
Anne siempre, cada noche se acerca hacia mi con un vaso de leche tibia y acaricia mi cabello con dulzura hasta caer profunda en un sueño satisfactorio.
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Después de un año, he llevado una vida tranquila, que únicamente es atormentada por pesadillas.
Adam y Dan...
Son dulces conmigo y comprensivos.
Cada fin de semana, me llevan a un parque abandonado, consumido por la naturaleza, dejando una vista impresionante a la luz de la luna.
Cuando la luna está en su mejor punto, nos recostamos en el suave césped.
-¿Cuando nos dirás tu nombre?- dice Dan con curiosidad como cada noche que vamos a el parque.
-¿Cuando me dirán la razón de que este parque sea puro de noche y peligroso de día?- puedo notar incomodidad en sus ojos. El silencio invade la noche y no recibo respuesta.
-Cuando nos digas tu nombre, te diremos por qué no debes venir aquí de día- Responde Adam acariciando mi cabello y tomando mechón por mechón, haciendo trenzas y atandolas con hierba.
Yo simplemente puedo asentir con la cabeza, levantandome y corriendo hacia la casa.