04. Extraño camino a Hogwarts.

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— Ara, ya levántate. Tenemos que irnos, mi tío solo nos va a dejar para irse al ministerio.— Rue se levantó como pudo y se puso su ropa.

Hoy sería el día en el que regresarían finalmente a Hogwarts. Rue se cómodo su cabello y bajo para desayunar.

— Eres muy lenta.

— ¡No es cierto! Tu eres quien madruga y eso no es culpa mía.—Le reclamó Rue.— Por cierto, conocí a tu amigo Marcus.

— Ha sí? Cuándo?

— Cuando fui al callejón diagon. Es muy amable.

— Si, lo es. Por eso me cae bien.— Dijo Demián. Finalmente, su tío dió el aviso de que era hora de irse y ambos niños se despidieron su tía.

— ¿Rue, si encontraste todo?

— Si, Tio Teddy. Llevo conmigo incluso mi violín y tambien mi escoba viene ahí. Gracias a ti que me hiciste un encantamiento de extensión.

— Me alegra mucho que te sea útil. ¿Trataras de entrar al equipo?

— ¡Si! Este año finalmente iré a las pruebas para poder quedarme como golpeadora.

— Me alegra mucho. ¿Y tú, Demián? Traes todo.

— Si, tío. Traigo todos mis libros y mis cosas.

— Me alegra escuchar eso. Espero que su año este lleno de tranquilidad y que les vaya muy bien en clase.

— Claro.— Llegaron a la estación y como llevaban muchas cosas, como jaulas y maletas. Les brindaron un carro para llevar todo.

— Bueno, chicos. Ya casi se va el tren. Así que más vale que corran.

— Adiós, Tío.

— Cuidese chicos.

— Bueno, vamos.— Ambos jóvenes cambiaron a paso rápido y cuando llegaron al lugar para entrar a la plataforma se encontraron con los Weasley.

— Chicos! Más vale que entren.

— Ven, Demian!

— Voy. Nos vemos allá.— Rue Asintió y Demián se fue detrás de los gemelos.

—Yo pasaré con Ginny, y ustedes nos siguen.—dijo la señora Weasley a Harry, Rue y Ron, agarró a Ginny de la mano y empezo a caminar. En un abrir y cerrar de ojos ya no estaban.

—Vamos juntos, sólo nos queda un minuto. Rue, vente detrás de nosotros.—dijo Ron.

Harry se aseguró de que la jaula de Hedwig estuviera bien sujeta encima del baúl, y empujó el carrito contra la barrera. Rue se espero a que ellos pasen mientras verificaba que sus dos mascotas estuvieran en buenas condiciones.

A Harry no le daba miedo; era mucho más seguro que usar los polvos flu. Se inclinaron sobre la barra de sus carritos y se encaminaron con determinación hacia la barrera, cogiendo velocidad. A un metro de la barrera, empezaron a correr y… ¡PATAPUM!

Los dos carritos chocaron contra la barrera y rebotaron. El baúl de Ron saltó y se estrelló contra el suelo con gran estruendo, Harry se cayó y la jaula de Hedwig, al dar en el suelo, rebotó y salió rodando, con la lechuza dentro dando unos terribles chillidos.

Rue abrió los ojos como platos ante tal escena. ¿Que paso? Se preguntaba.

Todo el mundo los miraba, y un guardia que había allí cerca les gritó:

²ℝ𝕌𝔼 𝕐 𝕃𝔸 ℂ𝔸𝕄𝔸ℝ𝔸 𝔻𝔼 𝕃𝕆𝕊 𝕊𝔼ℂℝ𝔼𝕋𝕆𝕊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora