El muchacho se sentó en la cama, alejándose de las almohadas.
¿Cuánto tiempo hacía que su amo había visitado esta casa de seguridad en particular?
Parecía que nunca por las capas de polvo que estaban por todo el lugar. Tenía miedo de moverse y podría jurar que vio una rata detrás de una de las cajas. Algo había huido cuando cruzó la habitación. Se estremeció ante la idea de uno de esos bichos arrastrándose entre los dedos de sus pies. No llevaba zapatos.
¿Y si lo mordía?
-Jungkook.-
Movió la cabeza mientras miraba por la habitación. Tragó saliva cuando vio la sed en los ojos de su amo. Conocía esa mirada muy bien. Una mascota bien entrenada podía detectar un vampiro hambriento, incluso si el vampiro no sabía que tenía sed. Y Jungkook estaba muy bien entrenado. Simplemente no podía imaginarse alimentando a su Maestro en este lugar.
Golpeó a su lado en la cama y después tuvo un ataque de tos cuando el aire se llenó de polvo. Hizo un gesto con la mano hacia atrás para limpiar el aire y una botella de agua apareció delante de su cara. La agarró y tomó un largo trago. Tosió algunas veces más y, en seguida, dejó la botella en la cama.
-Lo siento mucho, Amo.-
-El sitio no es la mejor casa segura que tengo, pero tenemos que mantenernos escondidos.-
Jungkook asintió. Lo entendió, aunque no le gustaba.
-¿Tiene hambre?-
Jin miró de pies a cabeza al muchacho levantando su labio, dejando al descubierto los dientes blancos.
-Me muero de hambre.-
Jungkook miró al suelo y se arrodilló. Él no iba a protestar. Él no estaba allí para protestar. Su amo estaba muerto de hambre, y era su deber el alimentarlo. Pero por todos los dioses, este suelo era desagradable.
-No, Jungkook. Te quiero en la cama.-
Jungkook inmediatamente se levantó, aliviado de no tener que arrodillarse en el suelo. Tampoco estaba seguro de que la cama fuera la mejor opción. Las sábanas parecían sucias, y eso sin incluir el centímetro de polvo.
-Espera.- Jin dijo mientras entraba en una habitación a la derecha de la cama y regresaba con unas sábanas limpias en sus manos.
Jungkook se las quitó rápidamente y cuidadosamente quitó las sábanas sucias, haciendo todo lo posible para no llenarse de polvo.
Una vez que sábanas limpias estaban en su lugar, Jungkook se arrodilló en medio de la cama, sosteniendo su muñeca. Jin caminó alrededor de la cama con un movimiento lento, hipnotizante, con los ojos fijos en el cuerpo del muchacho.
-¿Alguien ya te ha llevado a la cama, Jungkook?- Preguntó.
Jungkook asintió.
-Alimenté al Maestro Park en la cama antes.-
La risa de su amo fue baja, el sonido profundo llenando la habitación y enviando escalofríos por todo el cuerpo del muchacho.
-No, eso no es lo que quise decir.- El muchacho estaba confuso. -¿Algunos de tus anteriores Maestros exigió tu cuerpo mientras se alimentaban de ti?-
Los ojos del muchacho se agrandaron cuando de repente comprendió lo que su Amo le estaba pidiendo. Por mucho que lo intentaba, no podía evitar detener el rubor que se agrandaba en sus mejillas.
-No, Amo. El Maestro Park era mi Maestro, y a él no le gustaban los hombres de esa manera, sólo como mascotas.-
Jin paró de andar cuando llegó a los pies de la cama, y después se sentó en el borde.