Capítulo 2: "Hater's Gonna Hate"

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El roster de SmackDown se encontraba en gira por todos los cincuenta estados del suelo Norteamericano. Mina arribó a su departamento y guardó todas las cosas que pudiese necesitar en una sola maleta. Sería su primera noche, lejos de lo que consideraba en estás instancias su "hogar".

Debía estar en el aeropuerto en horas de la noche del jueves, para aterrizar en su primer destino:  Chicago, Illinois.

Mina tomó un Uber con dirección al aeropuerto. Durante todo el trayecto, seguía pensando en lo que había ocurrido hace dos días, en el Performance Center. Hunter habia depositado su confianza en ella, permitiéndole realizar una primera aparición a la chica en camerinos.

Quería que fuera testigo presencial de las dinámicas de un evento.  Iba a reunirse con los directivos de la compañía, quienes planeaban de antemano sus promociones. De alguna forma, Mina tenía el permiso de libertad creativa. Podía colaborar en la creación y dirección de sus propias promos.

Consigo, Mina llevaba a la mano su cuaderno de pensamientos. Ahí, anotaba todo tipo de ideas y sueños, que ahora podía hacer realidad. Desde que firmó el contrato como luchadora profesional a tiempo completo, de encargo de plasmar “libretos”.

Seguía la carrera de The Judgement Day de cerca y había estudiado a cada uno de sus integrantes. Sabía que tipo de papel podría ejercer en el grupo como vocal.

Le entusiasmaba la idea de conocer a sus compañeros de equipo. Eran atletas con una trayectoria profesional increíble y de excelente reputación en el ámbito luchístico.

Mina tomó su vuelo hacia Chicago, dónde le esperaba un representante de la compañía para llevarla hasta el hotel en dónde de estaban hospedando las superestrellas.

El viaje había sido largo. A pesar de los atrasos, Mina pudo llegar el viernes, tal y como de había premeditado. El representante fue por ella hasta el hotel y le indicó ciertas instrucciones que debía seguir en su primer día de trabajo, que seria en el área de bastidores. Debía presentarse en las oficinas del Allstate Arena, con Hunter, quien estaría ahí para asistirla en su orientación.

Había un trolebús que se encargaba de recoger a las superestrellas para transportarlas hasta el estadio. El trolebús era un medio de transporte útil para propósitos de trabajo. El representante le explicó a Mina que ese trolebus los llevaba de ida y vuelta al trabajo, así como al aeropuerto para continuar con los viajes establecidos en el itinerario.

Sin embargo, el trolebús no transportaba a los luchadores a otras áreas de cada estado. Si alguno quería tomarse el tiempo para visitar otros destinos como turistas, debían o rentar un auto por su propia cuenta. Lo más recomendable para Mina era mantenerse con el grupo para evitar cualquier contratiempo.

Algunos luchadores que tenían más experiencia viajando tomaban los riesgos.

Mina tomó notas de cada cosa que el representante le había dicho. No podía darse el lujo de perderse o llegar tarde a los eventos. La mejor opción era permanecer en el hotel y estar atenta al horario del trolebús.

La joven arribó al hotel. Estaba cansada. Miró el reloj de su teléfono y eran las once del medio día. Se sentía un poco cansada, por lo que aprovecharía para tomar una siesta hasta la tarde.

Al llegar a la recepción, Mina procuró por la reservación que la compañía le había hecho a su nombre con todos los gastos pagos.

Tomó el elevador y recostó la cabeza durante un pequeño lapso de tiempo. Las compuertas del elevador estaban por cerrarse, cuando de repente, alguien obstruyó el paso.

Dos sujetos entraron al elevador. Uno robusto y de mejillas redondas, en compañía de otro hombre, musculoso y con un bronceado envidiable.

Mina abrió los ojos de repente. El sujeto robusto se colocó justamente a su lado, mientras se disponía a presionar el botón al piso seis, el mismo piso al que iba Mina. Él la miró, evaluando su rostro, cómo si la hubiese visto en alguna parte.

The Juror.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora