Capítulo 3

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Ese es el precio que pagas: dejar tu corazón atrás, a la deriva
Solo otro producto de hoy
Es mejor ser el cazador que la presa

Y estás parado en la orilla con la frente en alto porque tienes un talento natural
Un corazón de piedra que late
Tienes que ser tan frío para triunfar en este mundo

Sí, tienes un talento natural
Viviendo tu vida despiadadamente
Tienes que ser tan frío
Sí, tienes un talento natural

ㅡImagine Dragons, Natural

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ㅡ...verá, los trenes pueden parecer aburridos, pero son una de las más grandes maravillas de la humanidad.

Blah, blah, blah.

Miro aburrido a la tonta sentada al otro lado de la mesa, enseñándome su patética figura de madera de un tren de no sé qué año. Lleva más de una hora con su monólogo estúpido igual que yo con el codo apoyado a la mesa mientras sostengo la cara sobre mi palma y finjo escucharla.

Por fuera parezco la persona más metida en el tema, pero en mi mente, lo único que hago es dejar correr los recuerdos maravillosos de este último mes y a los que me aferro como gato saliendo del agua durante las citas.

Sannie es lo mejor que le ha pasado a mi vida. Desde que lo nuestro comenzó, no puedo decir que haya un sólo día en el que me sintiera triste o decaído cuando él estaba presente. Más bien es todo lo contrario.

Cada vez que tiene que marcharse a trabajar y yo a estudiar es una tortura, pero cuando nos reencontramos justo después, la felicidad que me embarga es algo que nunca había sentido antes.

Ni siquiera necesitamos tener una gran cita planificada para pasarla bien. A veces nuestra apretada agenda no nos lo permite, así que solo pasamos el rato en mi habitación y oímos música mientras contamos cómo fue nuestro día.

Pero aunque me encanta cómo mejoró mi vida con Sannie en ella, no puedo ser totalmente feliz. No he podido evitar pensar, con cada cita que hemos tenido, en lo miserable que seré cuando tenga que casarme con alguien que no será él.

Y ese momento está a tan solo días de llegar.

Los preparativos para la boda ya comenzaron, aunque no es de extrañar: ésta tiene la fecha reservada desde que mi abuelo y yo hicimos el acuerdo. Mi traje está preparado, el banquete decidido, los invitados avisados del agasajo y el personal trabajando duro para obtener la perfección como mínimo.

Pero una vez más, yo quiero salir corriendo a esconderme de todos.

Sannie y yo no hemos hablado aún del tema, pero sé que él también lo piensa. A veces se queda mirando un punto fijo cuando mantenemos una conversación y me cuesta mucho sacarlo del trance.

¿Qué se supone que haga el día que esté parado en el altar, tomándole las manos a una desconocida, con Sannie mirándome desde la puerta de la iglesia en su puesto de trabajo?

Suponiendo que lleguemos a un acuerdo de seguir juntos en secreto, ¿A dónde nos llevará eso? Nuestra relación nunca podrá desarrollarse. Jamás podremos tener una cita al aire libre, ni demostrarnos afecto cuando nos dé la gana, ni hablarnos de tú a tú cuando alguien más esté presente. Él estará condenado a ser mi subordinado y yo a fingir ser los Ingalls con quien sea que me case y tenga hijos.

Oh, santa Diosa. Los hijos. De sólo pensarlo se me revuelve el estómago. Tener descendencia con una mujer implica sexo, y yo no pienso tener intimidad con nadie que no sea mi Sannie. Cuando pruebe por obligación un par de veces y no pueda, los rumores de que soy impotente van a empezar a correr, y voy a tener que justificar a toda esta sociedad machista mi falta de hombría creando y ganando guerras innecesarias en las que morirá mucha gente, justo como hizo mi abuelo cuando ninguno de mis tíos logró darle un descendiente.

The Prince and his General - SansangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora