Kaigaku emprende un viaje arriesgado para buscar la cura a la maldición de su hermano y vengar a su familia asesinada por un demonio.
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Historia inspirada en la de @La_esposa_de_king128, quien lamentablemente la borro porque ya no era de su agrado.
Kaigaku y Yahaba estaban por luchar. Susamaru veía todo desde un lugar apartado. Los dos se movieron con rapidez. Entonces, por primera vez, Kaigaku cortó primero.
Las perlas azules cayeron al suelo, dispersandose, sin embargo, ninguno le dio especial importancia.
Kaigaku observó, por primera vez, los ojos de Yahaba. Y entonces, cuando menos se dio cuenta, había cortado la roca en dos.
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Hay una razón por la que gané. Fui capaz de detectar la corriente de la brecha, cuando reconozco ese sonido al pelear, soy capaz de ver esa pequeña descarga, y me guía.
Se mueve hasta una abertura en las defensas de mi enemigo, una larga corriente conecta con la abertura, y atacó.
La corriente me guía para alcanzar al rival, y doy en el blanco.
Episodio Cuatro Selección Final
Kaigaku observaba con asombro la roca frente a él, escuchó pasos detrás, y al voltear, se encontró con Michikatsu. El mayor se acercaba con lentitud, y frenó en seco una vez que llegó frente a la roca y a la par de Kaigaku.
El de cabello negro con reflejos rojos observó con cierta sorpresa la roca frente a él. Se sorprendió al ver que Kaigaku si se tomó muy en serio lo de cortar la roca, ya que Michikatsu veía a Kaigaku como un joven inmaduro y grosero, incluso creyó que no haría la tarea que le encomendó, pero ahí estaba, con la roca frente a él, partida a la mitad.
Michikatsu sintió una especie de felicidad, ya que se dio cuenta de que Kaigaku hacía todo aquello con tal de salvar a su hermano, sentía felicidad, y tristeza al mismo tiempo, ya que él no pudo salvar al suyo.
—. Viejo... —. Murmuró, viendo al hombre frente a él.
—. La verdad... No tenía intenciones de mandarte a la Selección Final—. Expresó, con su clásico rostro estoico de siempre. Kaigaku se sorprendió —. No quiero ver a otro niño morir... Y, sinceramente, no creí que podrías pasar esta prueba.
Michikatsu se acercó al menor con lentitud, y, con algo de incomodidad, colocó su mano en el hombro del Agatsuma. Kaigaku se sorprendió un poco, ya que Michikatsu nunca se le había acercado a darle ninguna clase de apoyo a su persona.
—. Lo hiciste bien, Kaigaku—. Expresó, su voz temblaba levemente—. Lo hiciste... Magnifico—. Susurró aquello, no quería que fuera demasiado evidente el hecho de que, efectivamente, le había tomado cariño al niño.
Kaigaku tembló levemente, y Michikatsu tuvo el impulso de abrazarlo, sin embargo, no lo hizo.
—. Escúchame bien, niño—. Dijo, agarrando ahora al niño por ambos hombros—. Tienes que volver con vida de la Selección Final. No debes dejar solo a Zenitsu.