I L O M I L O [♡chishiya♡]

"TANK"

CHAPTER THREE

"hi there, when they look at me,
everyone is in panic
how is it, do you expect it?"

Ann tomó a su hermana del hombro y la encaminó hasta el cuarto de reuniones, en donde conocería al sombrerero.

El olor a alcohol y el bullicio de las múltiples fiestas alrededor estaban desconcertando a Reina quien estaba muy disgustada con el lugar al cual su hermana la había llevado.

Al entrar vio a un hombre de su altura, cabello hasta el terminal de su rostro, lentes de sol, con traje de baño puesto y una bata de ceda. Definitivamente ese tipo no estaba en sus cabales, pensó.

- Ann ¿quién es tu preciosa amiga? - curiosió el mayor bajando sus lentes, ganándose una mirada gélida por parte de las hermanas.

- Es mi hermana, de la que habló Chishiya - Los ojos del sombrerero tomaron un brillo especial

- Pero si no es nada más ni nada menos de la increíble prodigio de la que el chico hablaba - aquello despertó la curiosidad de la chica ¿tan bien chishiya había hablado de ella? imposible.

- Mi nombre es Danma, pero aquí todos me dicen el sombrerero, mucho gusto - le extendió la mano de una manera tan teatral que Reina no podía tomárselo enserio

- Nari - Contestó estrechando su mano por tan solo unos segundos. Ann la miró de reojo tratando de descifrar porque había mentido

- Bueno, querida Nari, bienvenida a la playa. Eres libre de hacer lo que desees, embriagarte, drogarte, tener sexo donde y cuando sea - aquello la disgustó mucho más, era un lugar muy irrealista - Muerte a los traidores y bueno, que tu hermana te diga el resto - y así, las dos salieron a paso rápido de ahí hacia el sótano donde el ruido se amortiguaba, era más fresco y oscuro. Eso le agradó bastante.

Ann ensendió las luces de la habitación, se vieron dos camas de plaza y media con una mesita de noche a un lado de cada una. Había olor a húmedo y algo de tierra pero eso le gustó más de lo que debería.

- supuse que no te gustaría estar allí arriba - Ann se sacó sus lentes y los dejó sobre la mesita de noche

- gracias, aparte de que allí arriba sea desagradable me alegra mucho estar contigo - la abrazó soltando una pequeña sonrisa. El olor a labial caro le inundó la nariz lo que la hizo sentir más feliz.

- Ahora - la separó y la sentó junto a ella en una cama - como verás este lugar es desagradable, todos aquí lo son - Reina le dió la razón - jugamos y recolectamos las cartas para completar la baraja. Una vez que entras aquí todas las cartas que ganes serán propiedad de la playa. - suspiró - lamento traerte aquí pero es el único lugar lo suficientemente seguro para estar contigo - admitió enterneciendo el corazón de su hermana