Capítulo 36: Parar

60 5 0
                                    

"Solo querían hablar, no van a matarlas". Jennie dijo, aunque también estaba nerviosa.

Las tres bajaron del coche. Rosé miró a Jisoo y sonrió. La mayor no sabía cómo reaccionar.

Los padres de Rosé las esperaban en la puerta, viendo cómo se acercaban.

"Pasen". La mujer dijo.

El padre de Rosé se mantenía en silencio. Se dirigió hacia el comedor y les pidió a las sirvientas que llevasen comida a la mesa.

Rosé guió a las chicas hasta allí. Su madre se sentó al lado de su marido, a su izquierda, y Rosé se sentó a la derecha de él. Jisoo estaba al lado de Rosé y Jennie y Lisa junto a su madre.

"Bien...". El hombre inició y Jisoo sintió cómo la electricidad recorría su cuerpo.

Rosé tomó su mano por debajo de la mesa y la apretó suavemente, intentando calmarla.

"Buenas tardes, Lis... ha pasado tanto tiempo". Continuó.

"Buenas tardes, señor. He estado muy ocupada". Lisa contestó y sonrió.

"¿Por qué lucen tan nerviosas, chicas? Relájense un poco". Dijo él. "Rosé vive con nosotros desde que su hermana se fue a Australia y, con lo que me acabo de enterar, estoy pensando en enviarla...".

Rosé miró a su padre.

"Me dijiste que no harías eso, papá".

"¿Hacer qué? Te enviaré a tu propio apartamento, eres demasiado vieja para seguir viviendo con nosotros". Dijo y rió. Su esposa rió de igual manera y se puso de pie para ir a buscar algo a su habitación.

Las chicas miraron a Rosé y luego a sus padres.

"¡Deja de jugar con nosotras, papá!". Rosé resopló. "Espera, ¡¿apartamento?!". Cayó en cuenta y preguntó.

"Sí... ya eres lo suficientemente grande como para vivir sola, pero no olvides llamarnos todos los días, ¿sí?".

"Ten, cariño". Su madre le dio un objeto.

"¿Llaves?". Rosé los miró.

"De tu apartamento. Sabrás dónde queda, las llaves tienen la dirección escrita". Su madre asintió.

"Wow... Gracias, papá... mamá...".

Rosé se levantó y los abrazó. Las demás se miraron entre sí, confundidas.

"Bien, volvamos a ti y a tu novia. ¿Es Lisa?". Su padre bromeó nuevamente.

Rosé jadeó. Lisa soltó una risa y miró a Jennie, quien apoyó la espalda en la silla.

"No soy yo, señor. Es ella". Lisa señaló a Jisoo y se giró de nuevo hacia Jennie. Tomó su mano y Jennie la miró.

"Por supuesto que es ella. Hola, Jisoo...".

Rosé lo miró y se preguntó cómo sabía su nombre.

"¿C-Cómo...?".

"No preguntes. Tengo mis contactos".

"Deja de seguirme, papá".

Su padre volvió a reír.

"Oremos primero para poder comer". Su madre dijo.

Todos tomaron sus manos y cerraron los ojos. La mujer dirigió la oración.

"Amén". Dijeron y comenzaron a comer.

"Entonces, Jisoo... ¿cómo estás?". El hombre la miró.

"E-Estoy bien, señor, gracias por preguntar. ¿Y usted?".

PARTNERS in CRIME | jenlisa (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora