Sick Desire - Luckity

Primera dama

       El alcalde se encontraba terminando de arreglarse mientras esperaba al híbrido, era imposible sacar de su cabeza la figura desnuda de aquel chico, ver la forma en como un sonrojo cubría su rostro por las caricias en sus alas, era algo que solo en sus sueños podría ver, pero no fue así.
       Pensándolo más a fondo, Quackity le había mencionado que venia de otro universo, no recordaba muchas cosas, pero tenia una corazonada de que tal vez era un mundo exactamente igual, y si eso era verdad, tendría muchos problemas tratando de evitar que alguien del pueblo, específicamente Rubius, logre que su pato se ponga en su contra, así que debía evitar a toda costa que el pelinegro hablara con el, no sería tan difícil sabiendo la condición del hibridó de oso, más aparte teniendo todo el apoyo de Vegetta.
       El sonido de la puerta del baño abriéndose lo sacó de sus pensamientos, volteando su cuerpo a donde se encontraba Quackity parado y ya vestido.

       —Tienes un fetiche bien raro con esto de los corsets, ¿sabes? —dijo el menor mientras se acomodaba la prenda antes mencionada—. ¿Me puedes ayudar?

       Vestía un beanie rojo, una camisa roja levemente abierta de la parte superior dejando su cuello y parte de su pecho al descubierto, llevaba unos pantalones negros algo ajustados que no hacían más que resaltar el trasero del pequeño pato, todo adornado con otro corset medio suelto alrededor de su cintura. Y si, ya podía considerar ver al hibrido usando corset como un nuevo fetiche.

       —S-Si, claro. Por cierto, te vez muy bien. —dijo mientras aclaraba un poco su garganta acercándose a Quackity.
       —Siempre me veo bien, obvio. —se rió levemente dándole la espalda, dejando que ajustara su corset.

       El olor a té y menta del shampoo con el que había lavado el cabello del menor lleno su nariz haciéndolo sonreír con satisfacción, ya parecía que poco a poco iba dejando marcado al menor, pero faltaba más que eso para declararlo suyo por completo.
       Acomodó bien el corset alrededor de la cintura del híbrido para después ajustarlo, una vez listo se separó para admirarlo una vez más, era perfecto en todos los sentidos.

       —Ya estas, muy hermoso como siempre. —sonrió tiernamente mirando al menor.
       —C-Cállate pendejo, y vamos a la cocina, muero de hambre. —dijo sonrojándose levemente y caminó al comedor.
       —Ya esta el desayuno para que comas, después de esto tenemos que ir al ayuntamiento.
       —Esta bien.

       Ambos fueron a la cocina donde el desayuno ya estaba servido, el castaño tomo la silla apartándola un poco para que el menor pudiera sentarse.

       —Gracias, p-pero no tenías que hacerlo. —dijo mientras tomaba asiento dejando que el mayor acomodara la silla.
       —No te preocupes, no esta de más ser caballeroso. —sonrió levemente para después irse a sentar a su lado—. Provecho.

       El menor asintió y simplemente se dedicaron a comer, disfrutando de la tranquila mañana, mientras que Luzu de vez en cuando miraba de reojo al menor.

       —¿Cómo te sientes estando aquí Quacks, estás cómodo?
       —Mmhn, si, hasta ahora todo esta bien...por cierto...perdón por lo de la mañana...no debí responderte así.
       —No te preocupes Quackity, entiendo que deben ser tus emociones mezcladas por no poder recordar nada.
       —Tal vez...tengas razón.

       Quackity se quedo en silencio por un momento, aún recordaba un poco de ese sueño, pero no entendía porque a pesar de que en el sueño se sentía tan feliz, al despertarse ese sentimiento se convirtió en ira y frustración, podría contarle y ver que pensaba, pero no, puede que haya sido amable hasta ahora...pero seguía sin conocerlo del todo.
       Y aunque le contará sobre todo, tampoco es como si automáticamente le creería todo lo que le dijera, debía ser cauteloso y no dejar que pensara en el como alguien fácil de convencer, aún debía hablar con los habitantes y los otros héroes sobre su alcalde, necesitaba controlar sus emociones y no dejarse llevar por estas.