El inicio de todo

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       Karmaland, era un pueblo que solía estar condenado a vivir en caos, pero los Dioses al ver la desesperación y necesidad de paz de sus habitantes, tomaron la decisión de elegir a los que se convertirían en los siguientes héroes de Karmaland.
       Cada héroe fue traído de distintos universos, únicamente eligiendo a los que tenían un buen potencial, sin importar lo que hubieran hecho en su vida pasada.

•••

       Un chico castaño de ropas negras, ojos similares a los rubíes del cual uno de estos era cubierto por el copete de su cabello, estaba recobrando el conocimiento, no recordaba absolutamente nada más que su nombre y edad.
       Ya sentado en el suelo mira al rededor analizando el lugar en el que se encontraba, estaba solo, o eso creía hasta que escucho un leve quejido proveniente detrás de los arbustos, se levantó y acerco hasta ellos encontrándose con algo que marcaría su vida para siempre.
       Ante el se encontraba un chico híbrido, su cabello era igual de negro que la noche el cual estaba cubierto por un gorro azul rey, llevaba un chaquetin azul que tenia una abertura en la espalda por donde dos alas de pato podían ser vistas, unos pantalones negros por donde una colita de pato sobresalía, y por último su rostro...no podía apreciarlo ya que este poseía una máscara con una sonrisa un tanto curiosa para el gusto del castaño.

       —Oye chico...¿estas bien? —se acerca un poco al menor para después moverlo.

       El chico comienza a despertar, o eso pensó el más alto ya que este movió su cabeza para mirarle.

       —Ay cabrón...¡¿eres la muerte?!
       —...No...no soy la muerte...¿por qué piensas eso?
       —Es que...estas todo de negro y pensé que me ibas a llevar a la verga... —se sienta en el suelo sosteniendo su cabeza mientras miraba al rededor—. ¿Dónde estamos?
       —No lo sé, acabo de despertar también. ¿Cómo te llamas? —se acerca al azabache y toma su mano ayudándole a ponerse de pie.
       —¡Me llamo Quackity! ¿Y tu?

       El mas alto no puede evitar soltar una leve risa por el increíble entusiasmo del chico pato, a pesar de su vocabulario vulgar a simple vista se notaba que era una persona muy carismática, eso le gustaba.

       —Un gusto Quackity, yo me llamo Luzu Vlogs, pero puedes decirme Luzu, por cierto, tienes un lindo nombre.
       —Luzu Vlogs, que curioso esta tu nombre ¿eh?, pero esta bien, entonces Luzu. —suelta una leve risita.

•••

       Todos se encontraban en el centro de Karmaland, Merlon, una de las personas más sabías del pueblo que tenía cierto contacto con los dioses, los había citado para poder contarles su propósito en esas tierras, algunos de ellos tenían muy vagos recuerdos de sus vidas pasadas pero entre ellos se conocían a excepción de Quackity e Illojuan, ellos parecían ser nuevos, una vez termino la pequeña reunión el anciano los mando a que fueran a construir sus casas y establecerse en el pueblo.

       —Vamos Quackity, tenemos que ir a construir dónde vamos a vivir.
       —¿Tú quieres vivir conmigo? Los dos somos hombres. —lo mira mientras empezaban a caminar buscando dónde hacer sus casas—. ¡A-Aclaro que no tiene nada de malo, pero pues c-cada uno su casa!
       —Tranquilo Quackity, esta bien.

       No puede evitar reírse por las reacciones del híbrido, de verdad que cada minuto que pasaba cerca de el sentía una gran necesidad por protegerlo, conocía al resto...eran unos hipócritas y maliciosos y en cualquier momento podrían hacerle alguna broma pesada a Quackity, pero el no lo permitiría.

       —Solo tengo una cosa que decirte Quacks. —mira al menor deteniéndose mientras que un extraño brillo rojo resaltaba en sus ojos.— No puedes confiar en nadie...solo confía en mi cuando te digo algo...porque aquí todos son pura sopa de veneno...¿entendido?
       —Mmhn...pero no creo que todos sean malos Luzu, apenas los conozco.

Sick Desire - LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora