Epílogo

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El compromiso entre Natasha y Ezequiel Stane fue cancelado, y aunque hubo un par de disputas entre Howard y Obadiah, las cosas se tranquilizaron rápidamente, pues Howard había descubierto el robo de dinero que había estado haciendo su socio, por lo que el hombre acabó en la cárcel más rápido que un tirador de drogas atrapado en media movida.

Gracias al patrocinio de Industrias Stark, Steve y todos sus amigos alcanzaron la fama demasiado rápido. Aunque Steve siempre se lo agradecería a su Suegro, ahora podía decir que estaba al nivel de su chica, y aunque ella podría comprarse lo que quisiera, Steve siempre estaría complacido de darle todo a ella.

Howard y María se habían retirado, así que el imperio Stark quedó en las muy capaces manos de Natasha Stark, quién a pesar de tener ciertas características de personalidad no muy buenas, tenía personas que la ayudaban a ser mejor.

Natasha y Steve, después de tener el permiso de Howard en aquella fiesta, se dedicaron a solo ser amigos durante más de un año, y no precisamente porque no tuvieran prisa de pasar a algo más, sino porque, tal como Natasha descubrió, Steve era tan chapado a la antigua que llevó todos los pasos al pie de la letra alegando que no deseaba faltarle al respeto a ella y a su familia.

Era cierto que de vez en cuando tenían discusiones. Si por Natasha hubiera sido, le hubiera quitado lo virgen a Rogers desde el primer momento que lo miró, pero lo cierto fue que tal como sucedió todo, fue perfecto.

Natasha amaba demasiado a Steve, que no dudaba en mostrarlo en los medios de comunicación. Era adorable como Steve seguía sonrojandose a pesar de los años de relación. Sí, porque ellos incluso ya se habían casado y vivían juntos en la Torre Stark, lugar que Natasha construyó luego de hacer crecer el imperio de su padre.

La vida les había sonreído y no podrían estar más felices.

—¿Steve?—llamó Natasha desde el baño a su esposo.

Steve terminó de ponerse su playera y se acercó a la puerta.

—¿Qué sucede, cariño?

—pasa.

Steve abrió la puerta y se encontró con Natasha sentada sobre el lavabo, sosteniendo una cajita en sus manos, la cuál tendió al rubio.

Steve leyó lo que decía en la superficie, y siguiendo la instrucción de su esposa, abrió la caja y al instante su boca casi cayó al suelo.

Natasha sonrió hermosamente.

—Felicidades, papi—dijo ella imitando la voz de una niña.

Los ojos de Steve se llenaron de lágrimas y solo pudo abrazar a su mujer. Sí, definitivamente la vida le había sonreído de la mejor manera posible, y él podría solo morir de felicidad ahora que lo faltante, finalmente sucedería.

¡VA A SER PAPÁ!

FIN

Sorpresa (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora