7

368 46 23
                                    

Industrias Stark había organizado su fiesta anual de aniversario. El hotel que habían rentado estaba abarrotado de personas en elegantes trajes, las mujeres brillaban con sus costos vestidos y las sonrisas hipócritas estaban por todos lados.

Habían pasado algunos meses desde aquella vez desde que su padre la acompañó al campo de baseball. Y como lo predijo, no había vuelto a ese barrio de Brooklyn. No porque su padre se lo prohibiera, sino porque su vida no estaba ahí, ella no pertenecía a esa gente.

Avanzó entre la multitud, intentando todo lo posible salir de ella y alejarse un poco. No se sentía con humor de estar en esa fiesta. Sus amigos, algunos estaban bailando, o sea Stephen. Bruce charlaba con esos ancianos científicos y Rhodey trataba de ligar con alguna chica por ahí. También Janet y Pepper estaban ahí, pero ambas habían ido a retocar su maquillaje, y fue así que Natasha pudo escaparse.

Encontró la salida a uno de los patios, pero antes de alcanzar la libertad, una mano se había cerrado sobre su codo en un molesto agarre.

—¿A dónde vas, preciosa?

Natasha soltó un suspiro de cansancio, se dio ánimo a sí misma y luego se giró para encontrarse con Ezequiel.

—¿Qué quieres?

El chico sonrió ladino.

—Esa no es manera de tratar a tu prometido, querida—dijo él de manera burlona.

—No deberías cantar victoria, Stane—musitó Natasha con lentitud—. Aún no cumplo la mayoría de edad... Cosas pueden pasar.

Ella se soltó con brusquedad del agarre del otro y de nuevo se adentró entre la multitud. Ezequiel rechinó sus dientes y por un segundo se vio tentado a seguirla y demostrarle quién estaba equivocado.

Natasha se sentía ahogada, sofocada, no sabía cómo salir del lugar sin llamar la atención. Por alguna razón, su padre había llevado más seguridad que de costumbre al evento y estos custodiaban cada maldita puerta que había en el salón. No tenía oportunidad alguna de largarse.

***

—Relajate, Natasha—dijo Pepper sonriendo—. Es el aniversario de la empresa de tu padre, creo que...

—Exacto—interrumpió la castaña—, es un evento de mi padre para mí padre, no sé qué carajos hago aquí.

Pepper estuvo a punto de replicar, pero entonces el sonido de alguien dando suaves golpes a un micrófono la interrumpió.

Natasha alzó una ceja con curiosidad al ver a Ezequiel arriba en el pequeño podio.

—Atención, todos por favor...

La gente prestó atención al chico, acercándose poco a poco al centro.

—Me gustaría invitar a la señorita Natasha Stark aquí...

La gente comenzó a mirar alrededor, y por un segundo, ella quiso que la tierra se la tragase. Sus ojos miraron con pánico alrededor, buscando alguna manera de ocultarse, pero desafortunadamente todo el enfoque terminó en ella. Tasha vió con desagrado la sonrisita triunfante de ese idiota.

Alzó su mentón y con su postura regia comenzó a dirigirse hacia Stane. Un nudo comenzaba a formarse en su garganta pero no estaba dispuesta a demostrarlo, a dejar que vieran su impotencia. Además, no veía a su padre por ningún lado, si podía tener un poco de esperanza era solo si el viejo aparecía. Y dado que su madre había tenido un compromiso de última hora, esta tampoco estaba ahí para socorrerla.

Estaba por llegar al frente, cuando de pronto, entre las primeras personas que estaban pegadas al podio, vio a un rubio desentonando con los demás del público, ya que este era el único que no la estaba viendo. Sus pasos disminuyeron lentamente. Su corazón dió un extraño vuelco cuando ese joven rubio se giró y finalmente se vieron a los ojos.

Sorpresa (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora