CAPÍTULOS 122
Ye Shaohua acaba de morir, lo que significa que el nuevo fantasma no tenía experiencia. Entonces, probemos todos los trucos de fantasmas: incendios, cubriendo los ojos, perdidos y atrapados, ¡y prensas de fantasmas! Ye organizó un grup...
La herida de Sima Li era espantosamente grave, y la sangre manaba constantemente de su pecho como un grifo que no se hubiera cerrado. Había sufrido innumerables heridas desde la infancia hasta la edad adulta, pero esta vez era diferente. Nunca había sufrido una herida tan grave. Su corazón parecía haber sido atravesado por una espada y su respiración se hacía cada vez más difícil.
Eran las palabras que Li Su les había dejado.
Estoy dispuesto a hablar con la Ciudad Fantasma de Santo Ye.
"Yo... Hermana... En sus manos, salvarla..."
Sima Li utilizo su ultimo aliento para terminar de decir esto, y lentamente cerro los ojos. Sus manos cayeron hacia abajo, y la deslumbrante sangre fluyó hasta el suelo. Sima Li aún estaba caliente, pero no se movió en absoluto.
"Sima Li." La voz de Ye Shaohua era un poco ronca.
"Sima Li, no me asustes... ¡Sima Li! ¡Abre los ojos! ¡No te duermas! ¡No bromearé más contigo! Ya no estoy bromeando. ¡Vas a despertar! Sé que sigues vivo. Si no despiertas, te daré una paliza. ¡Dijiste que la llevarías a Tierra Santa para comprobar el efecto después de encontrar a tu novia! ¿Cómo pudiste no creerlo?"
Ye Shaohua lloraba con lágrimas cayendo sobre el cuerpo de Sima Li. Liu Zixian se acercó lentamente y suspiró al ver la escena que tenía delante.
"Desgraciadamente, está todo preparado. Los que deben venir vendrán tarde o temprano. Es una bendición, no un desastre."
Ye Shaohua se levantó de repente y agarró a Liu Zixian por el cuello. Tenía los ojos enrojecidos y la cara cubierta de lágrimas. Parecía muy miserable en ese momento, tan apenado como cuando murió.
"¿Qué quieres decir?" Sabías que morirá, ¿verdad? Dijiste... ¿No sabías cómo soportar el robo? ¿Por qué no lo salvaste? ¡¿Por qué no lo salvaste?!
Ye Shaohua rugió furioso como una bestia salvaje. Liu Zixian frunció el ceño y le empujó hacia atrás con una suave palma.
"El difunto ya se ha ido, y Ye Shen aún suplicaba perdón. Su llanto hará que su alma siga enamorada del mundo mortal y se niegue a marcharse. El pobre Taoísta una vez le dio al Sr. Sima una adivinación. En la adivinación, él tiene una tribulación de vida. Si está dispuesto a renunciar a su familia, entonces resolverá esta calamidad. En cuanto a Shi, cambiará su vida por una vida."
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Después de que Ye Shaohua regresara, se sentó en el sofá durante toda la tarde. Sujetó con fuerza el trozo de hierro en su mano. Los bordes del trozo de hierro eran extremadamente afilados y se clavaron profundamente en su carne, pero no sintió nada.
Bai Qi Feng volvió corriendo tras recibir la llamada de Liu Zixian. Tan pronto como entró en la sala, vio a Ye Shaohua con los ojos en blanco. Obviamente, la muerte de Sima Li fue un gran golpe para él.
Bai Qi Feng se acercó y golpeó la cara izquierda de Ye Shaohua sin previo aviso. "Esto es por Sima Li."
Bai Qi Feng golpeó de nuevo la cara derecha de Ye Shaohua. "Esto es por su hermana."
Bai Qi Feng no tuvo piedad y la cara de Ye Shaohua se hinchó. Se sentó en el sofá aturdido como una marioneta sin ninguna reacción.
Bai Qi Feng le miró y dijo fríamente: "¿Estás despierto?" Cuando despiertes, haz las maletas y prepárate para ir a la Ciudad Fantasma.
Ye Shaohua se secó las lágrimas. Bai Qi Feng tenía razón. No podía caer ahora y no era el momento de deprimirse.
Sima Li le dijo que su hermana seguía en manos de Li Su. Quería salvar a su hermana para poder permitirse la muerte de Sima Li. No podía defraudar las expectativas que Sima Li tenía puestas en él. ¡Ahora tenía que animarse!
Ye Shaohua apretó los puños, sus ojos brillaban de horror. Secretamente juró en su corazón.
¡Li Su, quiero que sacrifiques a Sima Li con sangre!
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