CAPÍTULOS 122
Ye Shaohua acaba de morir, lo que significa que el nuevo fantasma no tenía experiencia. Entonces, probemos todos los trucos de fantasmas: incendios, cubriendo los ojos, perdidos y atrapados, ¡y prensas de fantasmas! Ye organizó un grup...
En la habitación, el maestro taoísta Zhang y el Gordo se sentaron en la larga mesa y se ayudaron mutuamente a retirar los trozos de papel.
El Maestro Taoísta Zhang tiró demasiado fuerte hace un momento y Ye Shaohua rodó. Se levantó y se palmeó las cenizas del cuerpo. Miró a su alrededor. Aparte de los mayores, no había nada inusual en la casa.
Una niña parecía tener unos ocho o nueve años aproximadamente. Tenía la cara delgada y pequeña y una larga trenza atada a la cabeza. Llevaba un adorno de mariposa morada en el pelo mientras su tierna cara parecía madura.
"¿Eres Ye Shaohua?" ¿Dónde está mi hermano? ¿No ha venido contigo?
Ye Shaohua se quedó atónito. Resultó que era la hermana de Sima Li. Pensando en Sima Li, a Ye Shaohua le dolió el corazón y no supo cómo responderle.
"Tu hermano, él... me pidió que te recogiera."
La chica se dio la vuelta y dejó de hablar. Se sujetó la barbilla con una mano y miró por la ventana. Parecía demasiado precoz.
"Sima Jing", la niña miró fijamente a la gente de papel que había fuera de la ventana.
"Me llamo Sima Jing. Probablemente no tuvo tiempo de decirte mi nombre."
Viendo que el ambiente no era el adecuado, el maestro taoísta Zhang entró en el momento oportuno. "No esperaba que usted conociera a esta chica. Fue rescatada por dos mujeres. El Gordo y yo la salvamos de paso. Puse una formación fuera de la casa para cubrirla durante unos días. El Gordo y yo pensábamos en formas de acercarnos. La Ciudad Fantasma es un lugar famoso en el Mundo Fantasma. El Gordo y yo vinimos a investigarlo.
Ye Shaohua miró al grupo de gente de papel fuera de la ventana. Volvieron a sus expresiones normales. Sus mejillas eran muy hermosas y sus labios estaban manchados de sangre. La gente de papel se quedó fuera y no se acercó a la casa.
"No hay forma de esconderse en la casa todo el tiempo. Está oscureciendo. Mañana encontraré la forma de salir", Ye Shaohua ayudó al Gordito a vendarse la herida y le dio un golpecito en la cabeza a modo de broma. El Gordito estaba dolorido pero no se atrevió a hacerle nada a Ye Shaohua.
El Maestro Taoísta Zhang miró a Ye Shaohua y se puso alerta. "No eres un fantasma ordinario. ¿Quién eres?"
Ye Shaohua sonrió y miró al Maestro Taoísta Zhang.
"El nombre es sólo un apodo, ¿y qué si lo sabes?" ¿Y qué si no lo sé? Sólo soy uno de los transeúntes. ¡Será mejor que me lave y duerma!"
Ye Shaohua caminó hacia la puerta y el Maestro Taoísta Zhang lo detuvo, "¿A dónde vas?"
Ye Shaohua sonrió. "Estás a salvo. Debería salir ahora. Todavía quiero encontrar a mi esposa!"
Desde el principio, este tipo dijo que quería encontrar una esposa. El Maestro Taoísta Zhang pensó que esa era su razón para olvidarlos, pero ahora parecía que tenía una esposa. "¿Quién es tu esposa?"
Ye Shaohua se pellizcó la barbilla y pensó por un momento, luego sonrió con orgullo, "¡Mi esposa es la mujer más hermosa del mundo!"
El Maestro Taoísta Zhang quiso decir algo más, pero Ye Shaohua ya había huido, dejando sólo la puerta de madera cerrada.
Después de que Ye Shaohua saliera, los hombres de papel le miraron fijamente, pero no hicieron ningún ataque. Parecía que no supondrían una amenaza para los fantasmas. No sabía lo que estaba pasando con Bai Qi Feng.
Las luces estaban encendidas y los faroles de las puertas de todos los hogares estaban iluminados. Era como si estuvieran recibiendo invitados. Las calles estaban cada vez más animadas. Había más peatones. Cuando todos pasaban junto a Ye Shaohua, le miraban con ojos extraños.
"Tío, ¿viste a un joven vestido de blanco cuando viniste? Tiene más o menos la misma altura que yo."
El viejo tío se volvió lentamente y negó con la cabeza. Ye Shaohua preguntó a algunos fantasmas, dijeron que nunca habían visto a esta persona.
"Bai Qi Feng...."
En ese momento, la gente de papel empezó a agitarse de nuevo. Su aguda risa asustó a los fantasmas de la calle. La dirección que oyeron no era la habitación de hace un momento, sino otro lugar. Ye Shaohua lo siguió y pensó que sería Bai Qi Feng.
El hombre era delgado, llevaba una túnica negra, el pelo alto, un largo látigo en la mano y una feroz máscara de fantasma en la cara.
Sin embargo, la gente de papel seguía rodeándole y atacándole. El hombre de cara de hierro blandió su látigo y sacó un dragón de fuego. El hombre de papel fue quemado hasta que se vio obligado a retroceder. Su risa había sido sustituida por un grito lastimero, aún más penetrante que la risa anterior.
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