5: "Un adios, y una coordial bienvenida"

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Una semana después de aquel desastroso baile para el azabache, los sirvientes de aquel castillo empezaron con el desalojamiento del mismo

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Una semana después de aquel desastroso baile para el azabache, los sirvientes de aquel castillo empezaron con el desalojamiento del mismo.

Quackity observaba desde su balcón como subían los baúles con sus cosas al carruaje; quería llorar, gritar, maldecir a absolutamente todos por esta injusticia.
El no quería terminar de este modo, casándose con un completo extraño, teniendo su descendencia de, solo ellos sabrán de que modo, siendo infeliz y sin poder ir a hacer todas esa aventuras que siempre planeo.

El todavía era un mocoso, el no debería estar metido en estas alianzas.



"Hermanito?" —una voz detrás de el le sacó de sus pensamientos. Cuando volteó se encontró con thiri, mirándole con una expresión algo triste.

"Thiri" —Quackity le llamó, señalando con su mano para que se acercara a el. La pequeña obedeció, abrazándolo inmediatamente.

"No te vayas, por favor! No se que hare si tu no estas! Alejandro es muy distante y papá es malo! Te necesito aquí" —rogó la niña. Quackity sintió sus ojos humedecerse, estaba demasiado frustrado por todo.

"E-eso no esta en mis manos thiri.. yo no quiero irme, jamas me iría sin ti, siempre, donde sea, te llevaría conmigo, pero no puedo" —quackity se separó un momento, poniéndose a su altura para hablarle— "Créeme, que haré hasta lo imposible para que me regresen aquí, no te voy a abandonar"

"Lo prometes?" —quackity se quedó en silencio. Pese a quererle decir que si, sabia que seria mentir, y no quería eso para su hermanita. La niña asintió lento— "entiendo..."

"Lo siento mucho" —susurró el mayor, abrazándola con fuerza, no quería separarse de ella, abandonarla en ese castillo sabiendo como eran su hermano y padre.



Quackity podría odiar muchas cosas de su vida, incluso a si mismo, pero si le dieran a escoger darle todo a thiri para que viviera y fuera feliz o quedárselo para si mismo, este elegiría dárselo a ella cuantas veces fueran posibles.

Después de unas horas llegó la hora de marcharse, quackity estaba triste y enojado, tanto que ni siquiera miró a su padre cuando este se despidió de el, no quería hacerlo.



"Fue un honor ser tu dama de compañía qua- Alex, por favor ten mucho cuidado, no te metas en problemas"

"No voy a mentirte, te voy a extrañar mucho mien" —sollozo el mas alto de los presentes. El azabache no pudo evitar reír bajo.

"Yo también los extrañaré.. no se si haya chance de que pueda volver ciertos tiempos, pero si puedo, vendré a verlos!"

"Esta bien alex.. crees que el rey nos mate si te abrazamos?" —susurró roier, a lo que el mad bajo negó. Estos lo abrazaron con fuerza, quackity casi quería llorar, pero sabia que debía permanecer fuerte.




𝗪𝗜𝗡𝗘 𝗥𝗘𝗗 | 𝘘𝘶𝘢𝘤𝘬𝘣𝘶𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora