5. ¿Quieres algo de beber?

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Sudden Desire - Hayley Williams


¿Se podía entrar en pánico por un simple mensaje? Porque juro que en este momento sentí vértigo. Y no sabía si era bueno o malo; mis manos sostenían el teléfono temblando y mi corazón estaba agitado, sentía una presión suave en mi pecho que no podía describir del todo. Era una frase simple, pero me tenía al borde de un colapso nervioso. ¿Realmente me había hablado? ¿Debía responderle? ¿Qué pasaba si me reconocía y me decía algo malo? En este punto no sabría decir si era peor eso o el hecho de que no me recordara en absoluto. Necesitaba una ayuda divina o algo que se le pareciera para saber qué hacer.


Wade

Sábanas


¿Era este mi ángel guardián? Habían pasado unos minutos en los que aún no le respondía el mensaje a Jack, pero estuve mirando el teléfono con la detención de una persona que desea que desaparezca como por arte de magia. Y ahora estaba la notificación en WhatsApp del novio de mi mejor amiga, aunque no sabría decir si era para salvarme realmente o no. Así que entré a su conversación y vi el Escribiendo en la parte superior. Esperé otra vez, respirando mientras la foto de perfil en la burbuja de chat con el número uno desviaba mi atención cada ciertos segundos.


Wade

Jack le habló? Me dijo que lo hizo, pero no le creo nada si me estaba mandando a mí hace un rato, otra vez 🙄


Tomé aire, negando con la cabeza cuando solté una risa. Esto estaba pasando y era un simple mensaje, no podía ponerme así por eso. No era nada. Un mensaje y ya.


Savanah

Sí, me escribió. Debería responderle?

Wade

Respóndale

Savanah

Me puso nerviosa


No pude evitar mandarle aquello. Si él sabía lo que sentí en su momento, no tenía sentido que le mintiera en algo siendo sincera. Porque sí, su mensaje me había puesto nerviosa, pero no por las razones por las que antes me hubiese puesto así. Realmente había sido porque no quería que me reconociera y me odiara nuevamente, de primera. Quería hablar con él. Así que mientras Wade volvía a responderme, abrí la burbuja de chat y tomé un gran trago de aire antes de teclear lo más básico, pero seguro en una primera conversación:


Savanah J. Mitchell

Hey. ☺️. Todo bien, ¿y tú? ¿Qué tal?


Revisé nuevamente el chat de Wade y me reí cuando vi que me decía que por qué lo había hecho —el haberme puesto nerviosa— si solo era una conversación, y acto seguido había agregado que no le mandara tantos emojis, que tenía que ser más fría. ¿Estaba intentando ayudarme con algo o era idea mía? Recordé que en algún punto de nuestro viaje, Leah me había mencionado que podría ayudarle con el seudo encule* que tenía con Bárbara porque realmente su novio no lo veía bien y no le gustaba cómo la estaba pasando con ella; él se negó al inicio y yo sabía por qué lo hacía, podía entender su posición. Y también yo no sabía cómo sentirme al respecto, pero supongo que la idea de estar más cerca de Jack fue el enganche perfecto. A los minutos tuvieron una conversación en donde, ese domingo, mi mejor amiga hablaba demasiado alto por teléfono, gesticulando con sus manos de forma acalorada, notándose demasiado que estaban discutiendo a medias y suponía yo que era por lo que ella me había ofrecido y sobre el hecho de no involucrarme. No sabría decir qué le dijo Leah para convencerlo de acercarme otra vez, pero a las horas después y con las cosas más calmadas, Wade y yo habíamos tenido una pequeña charla y dijo que lo había sorprendido por cómo estaba siendo ahora o por cómo me veía ahora más bien. El hecho de mostrar mi verdadera naturaleza y ser más femenina de lo que alguna vez pude haber sido. ¿Eso era bueno o malo? No podía decirlo con exactitud, pero él me había dicho aquella vez que tenía que ser casi indiferente. O quizás un término medio entre ambas cosas. Yo no le había dicho que lo haría, pero tampoco me había negado. ¿Por eso le había enviado la solicitud de amistad hace minutos? Creo que más bien lo veía como una oportunidad de hablarle de nuevo. Yo sabía perfectamente de lo que era capaz, cosas que realmente nadie se imaginaría y no me refería solamente al sexo sino que también sabía ser yo. Podía simplemente hablar con Jack, aconsejarlo si quería y pensaba que sería suficiente para tampoco verlo sufriendo. Si es que era posible que eso pasara.

𝘈 𝘵𝘶 𝘭𝘢𝘥𝘰 #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora