Freak – Doja Cat
Seis años antes
—Entonces, ¿cuál crees que me vendría mejor? Porque siento que... —Había perdido la capacidad de concentración en la videollamada con Leah en menos de un segundo cuando un mensaje de Jack apareció en mis notificaciones. Mi mejor amiga estaba enseñándome unos vestidos que tenía pensado usar para una fiesta a la que iría esa noche, pero no podía decidirse del todo así que me pidió ayuda. Una que poco le estaba entregando porque no podía dejar de conversar al mismo tiempo con este chico londinense. Hacíamos bromas en un chat personal para no molestar a Wade cuando no estaba porque una vez se quejó de que escribíamos demasiado. Así que en ocasiones conversábamos solo los dos y teníamos charlas de todo tipo, desde las más simples y mundanas hasta las más complejas que podrían existir. Jack era el tipo de persona con el que podría hablar desde qué había comido hasta de la existencia de extraterrestres y encuentros cercanos del cuarto tipo. Aunque a veces hiciera referencias sexuales sobre esos encuentros, pero no necesariamente con extraterrestres por supuesto. No me quejaba tampoco: no había un punto aburrido en toda esta situación, tanto entre ambos como en nuestro trío amistoso—. Okey, dímelo.
—¿Qué, perdón? —Sentí la piel de mis mejillas tirante por el tiempo que seguramente había estado sonriendo como idiota frente a la pantalla. Cada una sonreía como podía, pero llevaba casi dos meses hablando con él, día y noche, y no podía evitarlo. Aún seguía en Birmingham, pero no nos habíamos vuelto a ver porque prácticamente había corrido todos los días restantes desde aquella vez que nos conocimos. Además, Wade también estaba comenzando a estudiar y Jack se estaba dedicando al fútbol profesional en un equipo local pequeño, aunque me había comentado que un par de clubes importantes lo tenían en la mira.
Leah suspiró y tomó su laptop para sentarse en la cama con ella, mirándome y entrecerrando los ojos.
—Tienes esa sonrisa... —murmuró pensativa, acercándose a la cámara como si quisiera leerme a través de la distancia. Puse los ojos en blanco, negando antes que siguiera hablando y no pude evitar reírme. Bloqueé mi móvil y lo tiré a un lado, ignorando las nuevas notificaciones—. Dime quién es, cuándo, dónde y cómo lo conociste, Savanah.
—No sé de qué hablas, Lee. Solo estaba viendo un meme —dije, encogiéndome en mi asiento mientras evitaba mirar directamente mi propia cámara. No quería que viera mis expresiones y mis ojos divagaban por cualquier lado de la pantalla, excepto directamente a ella. Mi mejor amiga soltó se carcajeó, también negando—. No le veo lo divertido.
—Deja que querer mentirme, Mitchell, y cuéntame quién es. A mí no me haces tonta, no te veía esa sonrisa hace, ¿cuánto? ¿Siete años? Y aun así ni se le acerca a lo que está siendo ahora. —De pronto noté que se movía otra vez y la vi acostada de frente a mí.
—¿No tienes que salir tú? —Fruncí mis labios evitando sonreír porque sí, recordaba ese momento al que Leah se refería el que fue un amor de verano que me tuvo ilusionada, pero que cuando llegó a su fin se fue sin malicia alguna. No se sentía igual, ni de cerca, a lo que crecía de a poco en mi pecho ahora.
Aun así llevaba días dándole vueltas a este asunto porque aunque mis acciones fueran contradictorias con lo que quería hacer, no debería sentirme así. No quería que me gustase Jack por muchas razones: vivíamos lejos, era un fuckboy que me contaba de sus ligues en ocasiones, nos llevábamos demasiado bien y teníamos una conexión muy intensa, una que podía sentir incluso a través de la pantalla. Y además no quería que mis sentimientos se confundieran por eso mismo, por lo bien que se nos daba ser amigos. Lo cierto es que a veces pensaba que tal vez estaba tratando de convencerme a mí misma sobre esto último y me obligaba a empujar ese sentimiento lo más al fondo que pudiese para que ahí fuera olvidado. Después mi mente volvía a darle vueltas a todas las otras razones y me envolvía nuevamente en una espiral de pensamientos que, en un punto, me agotaban.
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𝘈 𝘵𝘶 𝘭𝘢𝘥𝘰 #1
RomanceParis y el fuckboy del cual todas queremos ser su excepción. Paris y una ingeniera química que cuando lo conoció hace seis años solo fue su amiga, pero en su reencuentro se convirtió en aquello que todas soñados... el cliché que se hace realidad cua...