•Lisa.•
Después de lo que pasó hoy, y haber entrado a mi casa. Nos quedamos con Tefi y Matías en mi habitación hasta que se hizo de noche. E incluso nos comimos 4 pizzas, solos. Lo habríamos compartido con Malena, pero creo que no la vi en todo el día. En fin, estábamos los tres sentados en una ronda, en el piso, con el papel que me dió Christian en medio de nosotros, sobre el piso.
— ¿Así que ese pibe te dió su número? — Dijo Matías con su ceño fruncido, y su mano en su barbilla, siendo acariciada por sus dedos. En otras palabras, con un gesto pensativo.
Les tuve que contar lo del papelito por que llevaban todo el día molestando con querer saber. A veces son tan, pero tan molestos...
Asentí con naturalidad. La verdad no tengo de qué preocuparme, o si quiera de qué sorprenderme. No es que me fuera a gustar él por el hecho de que me haya dado su número de teléfono. Un número no es nada. Es más, tal vez valla a ser otro amigo o algo así.
— Oye, weona. Date cuenta que te está tirando palo. Le gustaste. — Dijo la peliazul con una cara maliciosa. ¿Real? ¿Tienen que pensar eso? Piensen en algo como no sé... Un comienzo... Amistad, por ejemplo. Algo normal, por favor. Gracias.
— A ver, no. No quiero que piensen eso, por que nada que ver. — Dije dando por terminado el tema. Espero que hayan entendido mi punto. Como dije, normalmente no me explico bien.— Eu, Tefi. — Dije, intentando llamar su atención. Ella me vió y asintió con la cabeza, en señal de que si me escuchó. — ¿Seguís considerando en cambiar el color de tu pelo? — Dije moviendo mis cejas reiteradas veces. Ésta vez, siendo yo la maliciosa.
— Sí. ¿Por qué lo dices? — Al parecer no captó mi indirecta. Así que relajé mis facciones, para luego resoplar.
— Te estoy diciendo que te podemos cambiar el color de pelo. —Dije rápidamente. Cortándo con las confusiones, o lo que sea que se le haya pasado por la cabeza. Entonces ella abrió un poco más sus ojos, sorprendida.
— ¡Ah, es verdad! — Dijo Matías a la vez que chasqueaba los dedos. Mentalmente me golpeé la frente. ¿Él tampoco había comprendido? No sé en que estaban pensando los dos, pero no entienden al momento que digo las cosas. Me molesta que tengan que recalcular tanto.
Estefanía iba a decir algo hasta que fuimos interrumpidos por que tocaron la puerta de mi pieza. Pudimos oír un "Soy Male." Aun que no era necesario que tocara la puerta, por que entró antes de que le diera mi permiso.
— Cuando la gata se va, las ratas hacen fiesta. — Dije una vez que ella entró y nos vió a todos sentados en ronda en el piso con el ceño fruncido. Es claro que no era para compartirlo con ella. De todos modos, no la vimos en todo el día.
— ¿Que te pasa, bigote? — Respondió a la defensiva, con un gesto algo masculino. La verdad esta piba necesita algo de feminización, no sé, digo. — Cambiando de tema. ¿Que hacían? — Dijo haciendo algo de espacio para ella entre nuestra ronda. (Cuando digo eso, es por que me pegó una patada en la espalda y un codazo a Matías.)
— Le vamos a teñir el pelo de rojo a Tefi. — Dije cruzando mis piernas, poniendo mis codos en ellas y sosteniendo mi barbilla. Obvia mente, ignorando el terrible dolor que tenía en la espalda.
— Ay. ¿Posta? Que groso, chabón. Yo también quiero ayudar. — Respondió mientras simulaba palmear sus manos. Al parecer, invitándose sola.
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«True Love.» |Editando.|
Teen FictionHola, mi nombre es Elizabeth Smith, tengo 16 años y una vida aburrida. Bueno, así fue hasta que volví a Buenos Aires, la provincia en dónde nací y de dónde huí. hace tiempo. Ahora tengo un gran y precioso problema; Lucas. ¿Que quién es él? Bueno... ...