cuatro

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<editado>

Me terminé de duchar y tomé camino a mi pieza. Hoy tendría la salida con Lucas así que tenía una hora para prepararme. No me arreglo mucho así que el tiempo me sobra. Entré al cuyo lugar ya nombrado y me encontré a Santi acostado en mi cama usando su celular. Por el sonido que emitía, me di cuenta que estaba alimentando al Pou.

— Eu, boludo. — Le tiré un lápiz del mueble que estaba a mi lado. Me miró con el ceño fruncido. — ¿Que haces?

— Estoy en tu habitación, duh. — Dijo obviando su frase.

¿En serio? Creí que estaba viendo un fantasma sólamente, o algo así. Pf.

— Ya sé. — Hice una pausa para rodar mis ojos. — Pero, me tengo que vestir, voy a salir con Lucas, y necesito cambiarme.

— Pero yo no te dejo salir si no me gusta como vas. — Me señaló fijamente. Noté que levantaba sus cejas, y sus ojos se ponían densos. ¿Ahora se las da por celoso? Aw.

—Uh, bueno. Pero no me veas, gil. — Dije tirandole una camisa vieja en la cara. Asintió y siguió usando su celular. 

¿Cómo hacía para usar el celular con una camisa en la cara? No me pregunten.

Por las dudas me puse detrás de la puerta del ropero, solo por precaución.

— ¿Y? ¿Te gusta? — Dije acercándome a mi hermano. Frunció el ceño.

—No, es muy corto, boluda. — Dijo levantándose y poniéndose en frente mío lo suficientemente cerca para intimidarme. Ignoré su comentario, por que tenía unas vermudas.

— No me das miedo, y voy a ir así. — Me di vuelta dejandole en claro que la conversación terminó. Lo escuché llamarme por mi nombre entero, 'Elizabeth.' Me di vuelta con mala cara. — ¿Qué?

— Andá así, estás muy linda. — Sonreí y fuí con él para darle un abrazo. A veces es tan gil pero se le pasa.

Una vez que Malena dejó de hablar de Julián, por que se re mil nota que está enamoradísima, se hizo la hora de ir a la plaza donde Lucas dijo que estaría. Así que saludé a mis hermanos, y me fui.

Fuí caminando. Rondaba por toda la plaza hasta que me encontré a Lucas sentado en una de las hamacas que habían ahí.

—Hola... — Dije mientras me acercaba. Le di un beso en la mejilla en forma de saludo y me senté en la hamaca de al lado.

— Hola. — Dijo muy sonriente. — ¿Estás lista para divertirte? — Rodé los ojos ¿divertirme? ¿En serio? ¿Con el chabón que me cayó mal desde hace años? A ok.

Sin más opciones de hacer otra cosa, asentí. — Sí, lista. —Dije mirando al piso mientras con el pié jugaba con una piedrita que había ahí. Se levantó y me extendió la mano, la tomé y me levanté.

— Vamos. — Dijo caminando en una dirección. Caminé junto a él, ya que no tenía otra opción. — ¿Que fué de tu vida en éstos 6 años?

Suspiré. — Uhm, no sé. No hice mucho. Fuí a otro colegio en otra provincia... Y supongo que cuando volví dejé todos mis amigos allá... ¿Vos? — Dije mirándolo. Estuve mirando bien y... Evitando todos sus granos, claro, él era un chico bastante atractivo.

Creo que la pubertad le pegó como unas diez veces aproximadamente.

— Y yo, me quedé, como verás. — Hizo una pausa para soltar un suspiro y sonreir. ¿Me pueden explicar por qué los chicos son tan lindos cuando sonríen? — No hice mucho, solamente fué aburrido cuando te fuiste. Por que, a vos te molestábamos por que... — Hizo una pausa. Me dió curiosidad, quería saber qué era lo que ocultaba, o lo que quiso ocultar. — Nada. Solamente molestábamos. — Dudé, algo iba a decir. Lo noté por que luego sus mejillas se tornaron coloradas. — Así que... ¿Tenés novio?

«True Love.» |Editando.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora