Capítulo 5 - NUNEW

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isla  Phuket, Tailandia

Sentado en la ventana de la sala de estar, contemplé el nublado cielo oscuro. La luz del faro giraba perezosamente en la distancia señalando, donde estaba casa a los marineros. Giro, giro, giro, su ritmo hipnótico me relajó mientras bebía mi café.

Ilya y Savin, mis guardaespaldas personales, entraron en el recinto, mi mirada captó el destello de sus movimientos en la luz de la luna. Ambos estaban vestidos de negro y eran tan silenciosos como la noche.

Me sentía seguro.

Solo había estado aquí un par de días y ya me sentía en paz. La playa, el aire salado del mar, esta casa estilo colonial y lo más importante, lejos de mi jaula Bratva en Bangkok. Tomando un sorbo de mi café, mi mano libre, subconscientemente, se alzó para pasar sobre el collar que siempre uso alrededor de mi cuello. El collar de mi abuela, que me había dado justo antes de morir hace unos años. Este delicado collar de oro había sido de mi abuelo. Era el escudo que le dieron cuando era un niño. Todos los de la familia los recibieron de sus padres, me había dicho el. Era una declaración de honor. Uno que le pasó a ella para mantenerlo cerca de su corazón cuando se iba por negocios.

Pasé la yema del pulgar sobre el colgante y recordé a mi abuela que de como lucho por el amor de mi abuelo y entregarse a el plenamente, solo para perderlo a una edad muy joven. Nunca lo superó y encendió una vela todos los días en la iglesia en su honor.

Lo único que le quedó de él era este collar. Un collar que me dio como símbolo de que, algún día, también iba a encontrar a mi verdadero amor. Había deseado eso para mí, amar a otro tan plenamente como ella lo había amado a él.

Yo también quería eso desesperadamente.

Oí que la puerta de atrás de abría, Ilya y Savin entraron en la habitación, colocándose cada uno en ventanas opuestas.

Puse los ojos en blanco.

Seguramente nadie amenazante va a estar aquí en Phuket,... en invierno. Es la razón por la que vinimos aquí. Prácticamente no hay nadie alrededor.

Mi padre no había estado contento conmigo queriendo dejar Bangkok por un tiempo. Con la nueva amenaza de los chinos, me quería cerca para protegerme. Pero con la ayuda de mi madre, finalmente cedió. Nuestro arreglo para mis vacaciones, nuestra casa de verano en Phuket. Estaba bien con el acuerdo. Era lo suficientemente lejos de casa y lo suficientemente tranquilo para mí para, finalmente, relajarme.

Ninguno de mis guardaespaldas escuchó mi queja acerca de su patrulla. Mi padre me había asegurado que tendría a mis guardias conmigo. Nunca supe mucho sobre los negocios Bratva, pero sabía que Savin e Ilya estaban chequeando que no nos hubieran seguido. Entendí que estamos en alerta máxima. Entendí que era un gran objetivo para los chinos. Por lo que pude suponer de los susurros de Savin e Ilya, el jefe del clan Hangeng estaba loco. Y era de temer. Era una verdadera amenaza para nuestra posición en Bangkok. Eso significaba que tenía que soportar su constante vigilancia.

Dejando a los chicos con su búsqueda por la casa, miré hacia fuera al agitado mar estrellarse contra nuestra playa privada, a la marea siempre persiguiendo la orilla, incapaz de permanecer lejos demasiado tiempo.

Me hizo sentir poético. ¿Qué era lo que había en el sonido de las olas y la espuma del mar besando la durmiente arena que era tan calmante?

Notando unos faros delanteros viajando por nuestro camino del campo privado, fruncí el ceño.

Ilya, Savin, alguien viene -grité.

Mi corazón latía un poco más rápido, los nervios hinchaban mis venas un poco más de lo habitual. Apoyé mi café en la mesa junto a mí. Nadie sabía que estábamos aquí. Papá no le había dicho a nadie por el bien de mi seguridad.

Número 221 - ZeeNunewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora