Capítulo 4 - 221

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Me sacudí en la esquina, arañando mi piel. El dolor no se había ido. El veneno jamás se enfrió. Cada minuto, lo pasé luchando con el dolor, la rabia.

No podía dormir. El veneno en mis venas me mantuvo despierto. No podía recordar nada de mi vida. Nada más que el rostro y la voz de mi amo.

Alzando la cabeza, escuché al amo riéndose al otro lado del cuarto. Estaba sentado junto a un extraño hombre. Parecía familiar.

¿Lo había visto antes?

No podía recordar. El veneno se llevó todos mis recuerdos.

Levantando las manos, mis músculos dolieron cuando los moví bajo las pesadas cadenas envueltas alrededor mis muñecas y tobillos. Mis ojos picaban, mi cabeza repicando mientras el dolor inundaba mi mente.

Presioné las palmas de mis manos en los ojos, traté de respirar, justo cuando una voz hizo que mi cabeza se levantara de golpe.

Mis ojos se toparon con los del amo y comencé a jadear. Quería que matar. Tendría que matar... detener el fuego en mis venas.

221 - ordenó que me levantara y presioné mis pies sobre el suelo. Obligué a mi cuerpo a enderezarse y agaché la cabeza.

La risa resonó por toda la habitación.

221, párate frente a mí - exigió el amo.

Girándome obedientemente en dirección donde se sentó, caminé hacia adelante, ignorando los pinchos internos de las esposas de mis tobillos y muñecas rasgando mi pie.

El amo estaba sentando en el cuarto, rodeado por muchos hombres. Había un cuadrilátero en el centro. Estaba de pie en el centro del círculo, cuando el amo caminó a mi lado.

Apreté los dientes cuando puso un brazo alrededor de mi hombro.

Todos ustedes han sido reunidos aquí esta noche para presenciar el efecto de la droga que están interesados en comprar.

Una mano se pegó a mi pecho y gruñí cuando el dolor cortó bajando por mi estómago. Mis manos se apretaron cuando contuve el grito rasgando mi garganta. Mi piel estaba demasiado dolorida para ser tocada. ¡Demasiado ardiente para ser tocada!

Este es 221, mi prototipo para la droga Tipo A. Responde ante cada orden mía. La droga ofrece un cien por ciento de obediencia de los sujetos a sus amos. También proporciona componentes para el crecimiento muscular, además de una sustancia química que borra los recuerdos de lo que alguna vez fueron. Altos niveles de testosterona y otras hormonas crean una respuesta condicionada a matar, una necesidad muy fuerte en lo sujetos, puede enloquecerlos si sus impulsos no se cumplen.

El amo rió - Armas perfectas contra cualquier rival.

El amo se alejó y sentí un guardia moviéndose hacia mí. Alcanzándome, abrió los grilletes alrededor de mis muñecas y mis tobillos. Cuando las cadenas cayeron al suelo, la necesidad de asesinar comenzó a tomar poder. Cuando el amo me quitaba las cadenas, siempre era momento de matar.

Metal negro golpeó mis palmas abiertas e inmediatamente agarré lo que sea que estuviera en mis manos. Bajé la mirada. El guardia me dio dos armas sai giré el metal en mi agarre. Se sentía familiar. Incliné la cabeza a un lado mientras estudiaba las afiladas dagas. Sabía cómo usar esta arma. El guardia salió del cuadrilátero. Respiré, el cuarto en silencio mientras esperaba que el amo hablase. Podía oler el sudor y escuchar los suaves murmullos de las voces. Mis músculos se tensaron cuando una oleada de calor se extendió por mi cuerpo.

¡Una demostración! -gritó el amo y las voces alrededor del cuarto aumentaron.

221 - ordenó el amo para que me preparara. Mis piernas se separaron, mis pies pesados en el suelo de hormigón. Mi cabeza subió de golpe.

Número 221 - ZeeNunewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora