capítulo 17.

8.6K 912 152
                                    

Sofía

El tiempo a mi alrededor se había paralizado después de contarle mi verdad a Lewis, lloré y lloré. Creí que era algo que había “superado” pero solo había dejado de pensar en ello.

Desde que había terminado mis días de tortura, no había tenido tiempo suficiente para pensar, lamentarme y simplemente llorar, hacerlo libremente como él me lo había permitido.

Había eliminado a los hombres de mi vida desde lo sucedido y me había encargado de volver a tener conexión con mamá, era lo único que me mantenía aquí, lo único que me mantenía cuerda, lo único motivo por el cuál no había tomado el camino fácil y dejar de sentir tanto dolor.

Pero la realidad ahora había cambiado. Tenía a Lewis. Pero una parte de mi no me dejaba apegarme a aquel sentimiento, los daños colaterales para ser exactos.

¡Por más que me dijera que era perfecta no era capaz de creerlo! “Nadie quiere a una mujer manchada, nadie quiere a una puta” había escupido mi esposo una vez.

¿En realidad era una puta? Digo, no quiero ser despectiva con las mujeres que se dedican a ser trabajadoras sexuales. Sin embargo yo nunca tuve elección, no tuve voz o voto cuando de mi cuerpo se trataba.

¿Haber sido abusada de inumerables hombres, millones de veces me convertía en una?

No me sentía como una honestamente, pero sí me sentía sucia, me sentía no merecedora de cosas buenas. Eso era para las mujeres íntegras y yo no pertenecía a ese grupo desde mis veintidós años

Un suspiro me sacó de mis pensamientos, y recordé que estaba sobre Lewis Hamilton ¿Qué ironía no es así?

—Gracias —susurró mientras trazaba el mapa de mi espalda con sus dedos

No entendí porqué me agradecía, pero no pude hacer más que sonreír

No quería que esto acabará pronto, me sentía bien en sus brazos, me sentía segura y querida ¡Dios! Habían pasado años sin sentirme de esa manera, pero también tenía miedo.

Miedo a sentir, miedo a enamorarme de él, miedo a ser lastimada, miedo a ser usada y desechada. Cómo la basura que era

No quería amar nunca más, el amor no era bonito, el amor significaba dolor, lágrimas, angustia, desconsuelo y tortura

A pesar de ello empezaba a sentir mariposas cuando estaba con él, tenía constante ganas de besarlo, tocarlo, ser vulnerable ante él

—Gracias por confiar en mí —se apartó y me miró a los ojos —. Gracias por contarme tu cruda realidad, gracias por dejarme entrar en tu vida

—No...

—Gracias por permitirme ver tu interior, por permitirme ver tu ser, ver tu verdadera belleza

—Eso no es bello —susurré

—Eres preciosa, Sofía —acarició mi mejilla con suavidad

Quise besarlo en ese preciso momento, pero me abstuve

—Me siento sucia, indigna

—¿Sucia? —repitió —. Eso es porque estuvimos acostados en el asfalto —bromeó y no pude evitar soltar una pequeña risa

—Tonto —murmuré

—Así te quiero siempre —sonrió

—¿Sucia? —fruncí el ceño

—Sonriendo —corrigió —. Porque esa sonrisa es perfección

—Tienes una afición por la perfección —hice una pequeña mueca

Colombian Girl »Lewis HamiltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora