capítulo 19.

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Sofía

Estoy nerviosa, demasiado nerviosa.

Creo que es la primera vez en mi vida que he estado tan nerviosa.

Tal vez sea el hecho de estar en un jet privado, pero se perfectamente que no es esa la razón.

Ni siquiera cuando dejé mi vida atrás y me subí a un avión por primera vez para hacer el viaje más largo estaba tan aterrada.

Tengo miedo, nervios y hasta ganas de vomitar.

—Tranquilízate corazón —Lewis acarició mi mano

—No puedo —susurré

—Todo saldrá bien, te amarán —me dedicó una de esas hermosas y seductoras sonrisas

Desde el momento en que me dijo que iríamos a conocer a su madre, hermanas y sobrinos he estado en un shock nervioso

—¿Y si no lo hacen? —pregunté —. ¿Y si no soy suficientemente buena para ellas?

—Eres suficientemente buena para mí —tomó mi mentón —. Mi opinión es la que importa —me miró a los ojos —. Y eres encantadora, así que no será difícil una buena impresión

—Pero aún así...

—Eres la mujer más encantadora del palmeta tierra ¿Entendido? —dijo con dureza

suspiré y asentí, no tan segura pero con ganas de no seguir en contra de Lewis

—Cada —se acercó a mis labios —. Parte —depósito un beso —. De —besó de nuevo —. Ti —está vez tardó más tiempo en separarse —. Es jodidamente perfecta —sonrió contra mis labios

—Te...

Espérate.

Salí de mi trance y me aparté suavemente.

¿Qué mierda iba a decir?...

—¿Me...? —Lewis preguntó con una sonrisa burlona en sus labios

Maldito, sabe perfectamente lo que me hace.

Yo lo... ¿Apreció?

Suspiré, jodida estúpida Sofía. ¡Cómo es que caes ante cada mínimo contacto físico de ese Playboy!

—Te agradezco por este viaje —intenté sonreír

Él solo asintió.

Oh, oh, a alguien no le gustó esa respuesta

—Lewis —llamé su atención

—¿Qué pasa Sofía? —me miró

—Lo que quería decir...

No me dejó hablar y simplemente me besó.

Salvaje, duro, caliente, erótico. Simplemente continuó consumiendo mi alma, como los últimos meses.

Cada día era más difícil parar, cada día era más difícil saber que era real o que era parte del contrato. El cuál cada día me arrepentía más, simplemente era una cobarde.

Tenía miedo a amar de nuevo y Lewis a este punto ya se había tatuado en mi corazón.



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—¡Papá! —un niño pequeño salió corriendo con sus brazos abiertos hacia Lewis

Qué carajo.

—¿Qué mierda? —lo miré confundida —. ¿Cómo que tienes un hijo y yo no sabía? ¡Ni siquiera la gente lo sabe!

Colombian Girl »Lewis HamiltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora